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Nuevos datos del róver Perseverance revelan un pasado habitable en Marte

El róver Perseverance sigue enviando datos sobre las características de Marte. El pequeño y aventurero róver aterrizó en el cráter Jezero en el año 2021 y desde entonces no ha dejado de explorar las formaciones rocosas del planeta rojo. Los últimos datos que Perseverance ha enviado a la Tierra aportan evidencias de que Marte fue, hace mucho tiempo, un planeta con un pasado acuoso que albergó vida. Un equipo liderado por la Queensland University of Technology (QUT) ha sido el encargado de extraer los secretos de los datos del Perseverance. El doctor James Jones, profesor de la Instalación Central de Investigación Analítica y la Escuela de Química y Física de la QUT señala que en su investigación «los minerales de sulfato existen con diferentes cantidades de agua en la mayoría de las regiones de Marte y nos permiten comprender cómo se movía el agua alrededor del planeta, algo clave para entender su habitabilidad pasada». A pesar de los grandes avances hechos por los investigadores, estos aún no pueden comprender, totalmente, cómo se formaron estos minerales en el planeta rojo.

Los investigadores pudieron desarrollar una manera de medir la estructura cristalina de los minerales gracias a la adaptación del método analítico que se conoce como Mapeo de Difracción de Retrodispersión de Rayos X (XBDM) que se encuentra en el instrumento PIXL a bordo del Perseverance. Esta adaptación permitió que los investigadores pudieran determinar la orientación de las estructuras cristalinas y poder determinar cómo y cuándo crecieron en Marte.

El Perseverance en una imagen de archivo | NASA
El Perseverance en una imagen de archivo | NASA

El suelo marciano, una fuente inagotable de conocimiento

Las investigaciones hechas por el equipo de investigación muestran dos generaciones de minerales de sulfato de calcio en Hogwallow Flats y Yori Pass en la formación Shenandoah, parte del abanico sedimentario del cráter Jezero. Una de ellas se formó justo debajo de la superficie, mientras que la otra lo hizo más profundo, concretamente 80 metros sobre la superficie. «Este descubrimiento resalta la diversidad de entornos que existieron en la historia de la formación Shenandoah, lo que indica múltiples ventanas potenciales en las que la vida podría haber sido posible en Marte» sentencia James Jones, profesor de la Instalación Central de Investigación Analítica y la Escuela de Química y Física de la QUT.

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