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Mejores cuidados reducirían el miedo en atención a la salud mental

Un nuevo estudio enmarcado en el proyecto estatal Espacio Terapéutico Reservado (RTS_MHNursing_Spain) e impulsado por el Grupo de Investigación NURSEARCH, de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Barcelona (UB), señala que mejores cuidados -que se entiendan como dignos, seguros y colaborativos- hacen que la atención a la salud mental mejore y disminuya drásticamente «la sensación de haber sido coaccionado y humillado«. Para llegar a esta conclusión NURSEARCH ha analizado las experiencias de 255 personas ingresadas en doce unidades de agudos de salud mental del Estado español justo antes de recibir el alta hospitalaria y se evaluó la calidad de los cuidados que los pacientes percibieron como «una vivencia subjetiva de coerción, humillación y miedo».

La intimidad y la dignidad del paciente, factores clave

Las conclusiones que han obtenido los investigadores indican que la intimidad y la dignidad del paciente son dos de los aspectos clave para que la persona atendida tenga una mejor sensación durante la atención. El llamado ‘entorno protegido’ «es el que más impacto tiene a la hora de reducir la vivencia de coerción y humillación. También destacan la participación activa en las decisiones clínicas y una buena preparación del alta médica, ámbitos en los que las enfermeras tienen un papel clave a la hora de crear vínculos terapéuticos y garantizar una atención centrada en la persona», asegura el profesor Antonio R. Moreno Poyato, de la Facultad de Enfermería de la UB, quien ha liderado el proyecto.

«Con su proximidad diaria, las enfermeras pueden facilitar espacios seguros, favorecer la confianza y promover una atención libre de coerción», detallan los investigadores | Pixabay

Con los resultados, los investigadores piden a organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Asociación Mundial de Psiquiatría (WPA) que comiencen a adaptar las directrices y destinar recursos en la creación de modelos de atención al paciente que estén centrados en la persona y que tengan como base «los derechos humanos, la participación y la recuperación». «Con su proximidad diaria, las enfermeras pueden facilitar espacios seguros, favorecer la confianza y promover una atención libre de coerción», señala un Poyato que no solo pone énfasis en los recursos que se pueden derivar a este tipo de atención sino que pide «un cambio de mirada y de prioridades: cuidar con respeto, garantizar espacios íntimos, escuchar activamente y ofrecer un entorno emocionalmente seguro».

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