La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha actualizado la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN y alerta que la cantidad de especies de hongos en todo el mundo en peligro de extinción ha aumentado, una situación que según la UICN es provocada por la deforestación, la expansión agrícola y el desarrollo urbano de las ciudades. Concretamente, ya hay más de 1.000 especies de hongos -de las más de 155.000 conocidas en todo el mundo- que están en peligro de extinción. Grethel Aguilar, directora general de la IUCN, asegura que «ahora es el momento de convertir este conocimiento en acción y salvaguardar el extraordinario reino fúngico, cuyas vastas redes subterráneas sustentan la naturaleza y la vida tal como la conocemos».
Los humanos, los grandes enemigos de los hongos
La actualización que ha hecho la UICN señala directamente varias causas. Una de estas es el crecimiento de las zonas agrícolas y urbanas, esta expansión por parte de los humanos ha reemplazado los hábitats de los hongos y ha causado que 279 especies hayan sido incluidas en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN. Otros aspectos como los vertidos de nitrógeno y amoniaco -provenientes de los fertilizantes-, la contaminación provocada por los motores, la deforestación para la producción de madera, la tala ilegal y el desmonte para la agricultura ha provocado que más de 200 especies estén en peligro de extinción. La UICN pone de ejemplo la política forestal de Finlandia, Suecia y Rusia, donde el 30% de los bosques primarios de pino han sido talados desde el año 1975, motivo por el cual ha puesto en peligro varias especies como puede ser el caballero gigante (Tricholoma colossus).

El profesor Anders Dahlberg, Coordinador de la Autoridad de la Lista Roja del Grupo de Especialistas destaca que «aunque los hongos viven principalmente ocultos bajo tierra y en la madera, su pérdida afecta la vida superficial que depende de ellos. A medida que perdemos hongos, se empobrecen los servicios ecosistémicos y la resiliencia que brindan, desde la resistencia a la sequía y a los patógenos en cultivos y árboles hasta el almacenamiento de carbono en el suelo». De hecho, el cambio climático también está afectando a los hongos, y ha causado que más de 50 especies estén en peligro de extinción debido a los cambios de patrones de los incendios en los Estados Unidos. Estos cambios han hecho que los bosques hayan cambiado su composición histórica y habitual y amenacen a los hongos. «Es importante proteger más bosques primarios. Las prácticas forestales deben considerar a los hongos, por ejemplo, dejando madera muerta y árboles dispersos, y la gestión forestal proactiva puede ayudar a controlar la intensidad de los incendios», sentencia Dahlberg.