En Vilna, Lituania, en la catedral de la capital lituana -donde descansan Alejandro, Gran Duque de Lituania y Rey de Polonia, y las esposas de Segismundo Augusto, Gran Duque de Lituania y Rey de Polonia, Isabel de Habsburgo y Barbora Radziwill- se ha encontrado un valioso tesoro medieval que la Segunda Guerra Mundial ocultó. Concretamente en una cripta del gran edificio católico de la ciudad se ha recuperado un tesoro de insignias reales de gobernantes medievales lituanos y polacos que fue ocultado, al estallar la Segunda Guerra Mundial, para evitar que cayera en manos de los ocupantes Nazis y poder preservar los tesoros más importantes de la catedral. Entre los objetos encontrados hay diferentes piezas de orfebrería que ornamentaban las tumbas y otras piezas que pertenecían a los gobernantes lituanos y polacos Alejandro, Isabel y Barbora.
El ‘botín’ en cuestión consta de la corona del Gran Duque de Lituania y Rey de Polonia Alejandro, la corona de Isabel de Habsburgo, una cadena, un medallón, un anillo y una placa de ataúd, la corona de Barbora Radziwill, un cetro, un orbe de poder, tres anillos, una cadena y dos tablas de ataúd. Además, en un comunicado oficial, el arzobispado de Vilna destaca que también se encontró una placa del ataúd del obispo de Vilna durante el siglo XVII, Benedictas Vaina.

La Segunda Guerra Mundial y el escondite del arzobispado
El estallido de la Segunda Guerra Mundial y la posterior ocupación Nazi de Lituania hizo que el arzobispado se movilizara para que las fuerzas alemanas no se hicieran con los tesoros más preciados de la catedral. La decisión de los regentes del edificio eclesiástico fue tapiar un nicho -donde ocultaron los tesoros- situado en las escaleras del santuario. De hecho, ocultar los restos en este nicho fue un factor clave para mantener seguros los tesoros lituanos, ya que durante muchos años las fuerzas Nazis -cuando ocupaban el país- y más tarde las soviéticas exploraron de arriba a abajo la catedral en busca de los tesoros ocultos.

