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La NASA imprime un metal que soporta temperaturas extremas

Nuevo avance gigante en la industria aeroespacial. El Centro de Investigación Glenn de la NASA podría haber encontrado la clave para abaratar los costos de las misiones espaciales y gracias a la impresión de un nuevo metal imprimible llamado GRX-810 los investigadores podrían haber solucionado la falta de aleaciones metálicas asequibles y resistentes a las altas temperaturas que sufre la impresión 3D. Entre los metales que conforman GRX-810 están el níquel, cobalto y cromo y gracias a un recubrimiento de óxido cerámico sobre las partículas metálicas en polvo GRX-810 puede aumentar drásticamente su resistencia térmica y mejorar su rendimiento cuando se enfrenta a altas temperaturas. De hecho, la técnica empleada y la revolución tecnológica pueden hacer que una pieza fabricada que termine reducida a polvo se pueda reutilizar y mantener sus propiedades.

GRX-810 supone un gran cambio en la construcción y diseño de aeronaves y la industria aeroespacial, ya que las aleaciones comunes son más sensibles a las altas temperaturas, lo que puede comprometer su vida útil. De hecho, GRX-810 puede soportar temperaturas de 1.027 °C durante todo un año, unas condiciones bajo las cuales otras aleaciones sufrirían grietas en solo pocas horas de estar expuestas a estas condiciones. Uno de los otros aspectos en los que GRX-810 supone un avance tecnológico es que su impresión 3D permite obtener formas más complejas, un aspecto que con las piezas metálicas tradicionales supondría un gran costo en cuanto a recursos y a escala logística.

Un material que podría servir también para la vida civil

GRX-810 puede suponer un cambio en la industria aeroespacial. Las empresas e instituciones vinculadas llevan tiempo probando este material en otros aspectos, para poder trasladarlo también fuera de las misiones espaciales. La empresa Vectoflow está probando un sensor de flujo GRX-810, un flujo que mejoraría la velocidad de los gases a través de una turbina y permitiría optimizar el rendimiento del motor. A pesar de esto, los sensores pueden quemarse en minutos debido a temperaturas extremas. Un correcto funcionamiento de estos sensores permitiría mejorar la eficiencia del combustible de los aviones, reducir las emisiones y la necesidad de reemplazar hardware.

La NASA GRX-810 pronto estará disponible para los fabricantes de piezas de aviación y de la industria espacial como resultado de nuevos acuerdos de licencia con cuatro empresas estadounidenses. Crédito: NASA/Jef Janis

Jeremy Iten, director técnico de Elementum 3D -una de las grandes empresas del sector de la impresión 3D y quien produce esta aleación- señala que «las pruebas iniciales realizadas en la producción a gran escala de nuestra aleación GRX-810 mostraron una vida útil el doble de larga que la del material producido inicialmente en lotes pequeños, y estas ya eran fantásticas». Iten añade que las características de GRX-810 son de gran valor, ya que «un material sometido a tensión o a una carga pesada a alta temperatura puede comenzar a deformarse y estirarse casi como si fuera caramelo».

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