MonPlaneta
Investigadores reprograman bacterias para degradar plástico

Un equipo de investigadores liderados por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Barcelona Supercomputing Center – Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) han logrado ‘entrenar’ las bacterias para reorientar sus funciones en el genoma de las proteínas y poder desarrollar nuevas capacidades como degradar partículas de plástico. En un comunicado del CSIC señalan que han desarrollado una nueva estrategia para reprogramar las bacterias sin necesidad de insertar moléculas externas. La técnica la han llamado GenRewire y la han aplicado para que la bacteria ‘Escherichia coli’ tenga la capacidad de degradar partículas de plástico PET (Polietileno Tereftalato) de tamaño pequeño.

«Nuestro método parte de una idea sencilla: si las proteínas nativas pueden ser rediseñadas computacionalmente para hacer algo nuevo, no necesitamos alterar el equilibrio genético de la célula con elementos externos», explica Manuel Ferrer, investigador del CSIC en el Instituto de Catálisis y Petroquímica (ICP-CSIC) y coordinador del estudio.

GenRewire

Esta nueva técnica elaborada por el grupo dirigido por el CSIC se basa en un análisis con un supercomputador de las proteínas codificadas por un genoma. Más tarde, los científicos reprograman las bacterias a través de herramientas computacionales y así pueden hacer que esta bacteria realice la función que ellos deseen.

Cultivo de bacterias en una placa de petri | Universidad de Cincinnati
Cultivo de bacterias en una placa de petri | Universidad de Cincinnati

Una técnica revolucionaria

Los investigadores que han participado en esta investigación coinciden en señalar que este avance es una revolución. Manuel Ferrer señala la importancia de este hallazgo, ya que no se altera «el equilibrio genético de la célula con elementos externos», un proceso que se utiliza en biotecnología. El investigador del BSC y coordinador del estudio, Víctor Guallar, añade que este enfoque científico es «único» ya que surge de una combinación de la “inteligencia artificial (IA), simulación por supercomputación y edición genética precisa para incorporar nuevas actividades en proteínas naturales” y que así la célula no pierda su equilibrio biológico.

Además, el investigador del BSC y uno de los primeros autores del estudio, Joan Giménez, destaca que este proceso es realmente rápido lo que supone un gran avance, ya que en sólo tres o cuatro semanas se puede llegar al objetivo gracias a los avances que ha hecho la IA a escala estructural y sus algoritmos.

Nou comentari

Comparteix

Icona de pantalla completa