Si bien durante mucho de tiempo se ha pensado que los antirretrovirales eliminaban los virus del VIH activos hasta dejar un reservorio indetectable y que el sistema inmunológico no combate, esto parece que no es así. En dos artículos en ‘Cell Host & Microbe’, investigadores de varias universidades norteamericanas han descubierto que el virus, incluso en estas circunstancias, continúa debilitando las defensas, cosa que explica la vuelta rapidísima que hace si se suspende el tratamiento.
Al parecer, algunas células infectadas continúan produciendo fragmentos de ARN y proteínas virales que crean una respuesta del sistema inmunológico que hace que se continúe esforzando y se debilite. Todo un cambio de paradigma respete el que se pensaba hasta ahora, que los reservorios del VIH en las personas que hacen terapia eran prácticamente inofensivos.

Los fragmentos defectuosos continúan activando las defensas
Malas noticias, pues, para los esfuerzos por curar este mal, puesto que demuestran que el sistema inmunológico intenta responder a la invasión del virus pero fracasa incluso cuando su replicación ha quedado parada. Aun así, los investigadores también apuntan que este descubrimiento puede ser importante en la hora de buscar nuevas vías de combatir la infección, especialmente haciendo más efectiva la respuesta del propio cuerpo.
En ambos casos, los investigadores obtuvieron células de la sangre de personas que tomaban antirretrovirales y buscaron actividad del VIH. En concreto, buscaron nada virales en algunas células T, un objetivo prioritario del virus. Así es como encontraron la sorpresa que había molidas que producían proteínas virales, es decir, que la medicación impedía replicar correctamente el VIH pero aun así hacían fragmentos defectuosos.
Dos posibles estrategias
El problema es que estas proteínas podan activar la respuesta inmunológica, haciendo que las defensas continúen sobreexcitades incluso cuando la presencia del virus es practicament nula y agotándolo. Para combatir esto, los investigadores apuntan a dos posibles estrategias. Una de ellas es aumentar los esfuerzos por reducir todavía más el reservorio de células infectadas, reduciendo esta producción de proteínas, y otra es reforzar las células T, aplicando los descobriements hechos, por ejemplo, en la investigación sobre inmunoterapias contra el cáncer.