Los efectos negativos del tabaco en la salud de los fumadores son incontables. Desde reducción de la capacidad respiratoria hasta el aumento de la probabilidad de tener un cáncer de pulmón, la nicotina se ha convertido en una de las drogas más cotidianas entre la sociedad. Aun así, se sabe muy poco de sus efectos en el sistema inmunitario. Un estudio publicado a la revista 
Según ha puesto sobre la mesa el estudio, el hábito de fumar influye en las respuestas inmunes tanto innatas como adaptativas, aunque su efecto sobre las respuestas innatas se pierde cuando se deja. En cambio, pero, los cambios en las respuestas adaptativas se mantienen incluso años después de dejar el tabaco. En este estudio, los fumadores actuales muestran una mayor respuesta inflamatoria después de estar expuestos a alguna bacteria, que se pierde rápidamente al dejar de fumar. Por el contrario, los efectos del tabaco sobre las respuestas de las células T persisten años después de que las personas dejen de fumar. En este sentido, a pesar de que la vulnerabilidad del fumador disminuye una vez deja de fumar, hay ciertas secuelas que se quedan dentro del organismo durante más tiempo.

El factor que más influye en las respuestas inmunes
Los investigadores han encontrado que fumar es uno de los factores externos que más influye en las respuestas inmunes tanto innatas como adaptativas. En particular, su efecto sobre las respuestas innatas se pierde rápidamente después de dejar de fumar, mientras que su efecto sobre las respuestas adaptativas persiste mucho después que los individuos dejan de fumar. Para llegar a esta conclusión, los expertos han recogido 1.000 muestras humanas. Los donantes que se han prestado para hacer el estudio no tenían que tener antecedentes ni evidencia de afecciones patológicas graves, crónicas o recurrentes, trastornos neurológicos o psiquiátricos, abuso de alcohol, uso reciente de drogas, administración reciente de vacunas y uso reciente de agentes inmunomoduladores.





