La Antàrtida se encuentra en alerta. Una serie de acontecimientos de calentamiento han azotado la atmósfera de esta región del planeta durante el invierno austral. Hacia el 7 de julio, las temperaturas aumentaron en el centro de la estratosfera hasta 15 grados, haciendo que se estableciera un recuerdo en cuanto a las temperaturas de julio más cálidas que se han registrado. De hecho, después de este episodio de altas temperaturas estas volvieron a bajar para producirse una nueva subida de 17 grados el día 5 de agosto.
Estos episodios de aumentos drásticos de temperaturas pusieron en alerta a los científicos atmosféricos del Centro Goddard de la NASA Lawrence Coy y Paul Newman, que se encargan del desarrollo de modelos complejos de asimilación y reanálisis de datos de la atmósfera a ‘Oficina de Modelado y Asimilación Global (GMAO) de la NASA. El aumento de las temperaturas sorprendió los dos científicos, y Lawrence Coy lamentó que «el acontecimiento de julio fue el calentamiento estratosférico más bien nunca observado en los 44 años de registro de la GMAO».
¿Qué pasó?
Según señala el artículo del NASA Earth Observatory señala que los vientos del oeste en la estratosfera giran alrededor de Pol Sur en invierno y acaban formando el vórtice polar. A veces este flujo es interrumpido y los vientos se debilitan y el flujo cambia de forma, esto hace que el vórtice polar se alargue y que los vientos se debiliten, causando el calentamiento estratosférico.

Los mapas muestran las temperaturas del aire a la estratosfera media el 2023 y el 2024, y se puede apreciar claramente el alargamiento del vórtice polar, haciendo que las temperaturas más altas se acerquen a Pol Sur.
Hay que destacar que la Antártida tiene un comportamiento climático diferente al del Ártico. En el Ártico estos acontecimientos repentinos de calentamiento estratosférico son más frecuentes, casi uno cada año mientras que al Antártida «los acontecimientos de calentamiento repentino tienen lugar una vez cada cinco años aproximadamente, con mucha menos frecuencia que en el Ártico», señala Coy. Una de las razones que apunta el científico es que hay más terreno al hemisferio norte que puede alterar el flujo del viento a la troposfera.
Precisamente a la troposfera antártica también se sufrieron temperaturas inusualmente altas. Estas se situaron cuatro grados por encima de la media y fue el quinto julio más cálido registrado en la región antártica.
