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Exponerse a la contaminación los primeros años de vida puede afectar al cerebro

La contaminación es uno de los grandes problemas para la salud. Ahora según indica un estudio de ISGlobal, la exposición a agentes contaminantes, como pueden ser las partículas finas (PM2,5) y los óxidos de nitrógeno (NOx), durante el embarazo y la infancia puede estar asociado con diferencias en la microestructura de la sustancia blanca del cerebro y, además, puede ser que algunos de los efectos provocados por la exposición a la contaminación acaben persistiendo a lo largo de la adolescencia. Los resultados del estudio se obtuvieron al exponer los niños a concentraciones de PM2,5 y PM10 superiores en los máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud.

Efectos de larga duración

Los investigadores analizaron los datos recogidos de 4.000 participantes que estuvieron seguidos desde su nacimiento. El equipo de investigación estudió el nivel de exposición a 14 contaminantes atmosféricos durante el embarazo y la infancia, en función del lugar de residencia de las familias. Los datos mostraron que la exposición a ciertos contaminantes tiene un efecto directo en el desarrollo de la materia blanca del cerebro. Según explican, una mayor exposición a PM2,5 durante el embarazo y una mayor exposición a PM2,5, PM10, PM2,5-10 y NOX durante la niñez están asociados a niveles más bajos de una anisotropía fraccional (que medida como se difunden las moléculas de agua dentro de los cerebros).

Imagen de la contaminación en Hanoi, en el Vietnam | Redacción (ACN)
Imagen de la contaminación en Hanoi, en el Vietnam | Redacción (ACN)

Además, los investigadores también pudieron observar que este fenómeno persiste a lo largo de la adolescencia, un hecho que sugiere un impacto a largo plazo de la contaminación en el desarrollo cerebral. Cada vez que se aumenta, la exposición a la contaminación comporta un retraso de más de 5 meses en el desarrollo de la anisotropía fraccional. La investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio, Michelle Kusters, señala que «la menor anisotropía fraccional es el resultado de cambios en la mielina, la vaina protectora que se forma alrededor de los nervios, más que en la estructura o el empaquetamiento de las fibras nerviosas».

Malgrat esto todavía no tienen un total conocimiento de como los contaminantes afectan la mielina, pero apuntan hacia una posible entrada de pequeñas partículas al cerebro, o la producción de mediadores inflamatorios cuando las partículas llegan a los pulmones. En ambos casos se produciría una neuroinflamación, estrés oxidativo y una muerte neuronal.

Además, estos agentes contaminantes también están relacionados con otro cambio, el de la difusividad media, que refleja la integridad de la sustancia blanca y que aumenta cuando el cerebro madura. La exposición a agentes contaminantes como el silicio en partículas finas (PM2,5) durante el embarazo puede estar asociado a una difusividad media inicialmente mayor, a pesar de que después disminuye cuando los niños crecen.

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