La lucha contra la resistencia al tratamiento del cáncer sigue avanzando y ahora un equipo del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB) -con la colaboración de la Universidad Rovira i Virgili, la Universidad Queen Mary of London, el CIBER de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM), el AIRC Institute of Molecular Oncology y el Cambridge Institute of Science de Altos Labs- ha podido identificar cómo las células tumorales persistentes -que se originan como efecto de los tratamientos y en muchos casos son responsables de la reaparición de los tumores- desarrollan una protección contra las terapias oncológicas.
Los investigadores han podido descubrir que estas células han desarrollado la habilidad para esquivar la respuesta antiinflamatoria del tratamiento. Para hacerlo, las células bloquean los genes que causan las inflamaciones y actúan como un candado molecular, haciendo que el cuerpo no active estos genes y, por lo tanto, el sistema inmunitario no detecte la amenaza. Sin detectar estos genes, nuestro sistema inmunitario no puede eliminar el peligro, lo que permite que estas células puedan sobrevivir al tratamiento oncológico.
Unas células que reaccionan a los tratamientos
El tratamiento contra el cáncer supone un desafío para el cuerpo humano, ya que se combate una enfermedad especialmente perjudicial. Los investigadores señalan que durante los tratamientos no siempre se pueden eliminar por completo las células tumorales y algunas entran en estado de latencia o senescencia celular y otras en persistencia.
En el caso del estado de senescencia, las células pierden su capacidad de división celular, un proceso que suele ser irreversible. Por su parte, en el estado de persistencia, las células entran en un estado de latencia temporal y reversible y permiten reactivar su crecimiento una vez el tratamiento ha finalizado, provocando la reaparición del cáncer.
Un cambio en la lucha contra el cáncer
En el comunicado del IRB se explica que inhibir el mecanismo epigenético podría desbloquear los genes inflamatorios, un hecho que podría abrir la puerta a comprometer la viabilidad de las células persistentes y poder desarrollar nuevas terapias contra el cáncer. Para poder ver si esta hipótesis de una revolución en el tratamiento del cáncer, los investigadores experimentaron con inhibidores específicos y los resultados confirmaron una hipótesis que puede suponer la llegada de nuevas terapias dirigidas en el tratamiento de los cánceres.
