Que las estatuas y esculturas de la Antigua Grecia no eran originalmente blancas, como no lo eran sus edificios, es muy sabido. Ahora, pero, un equipo de investigadores del Museo Británico y el King’s College de Londres (Inglaterra) han anunciado, en un artículo publicado en ‘Antiquity’, que han encontrado restos de la pintura original que cubría las esculturas de #el Partenón o, cuando menos, de la parte que no está en Atenas sino al mencionado museo. Gracias a un nuevo estudio, pues, ahora podemos saber más de los motivos y diseños que cubrían estas obras de arte de hace casi 2.500 años.

Una técnica para detectar el ‘moratón egipcio’
Usando una técnica no invasiva, los investigadores han detectado restos de pintura a 11 de las 17 estatuas analizadas e incluso a una parte de los famosos frisos de #el Partenón, aunque el color haya desaparecido del todo después de miles de años expuestas a los elementos. De hecho, incluso los trabajos de limpieza y restauración de las piezas, que se han hecho varias veces a lo largo de los siglos, podrían haberla eliminado del todo.
El 2007 se inventó una técnica basada en el uso de infrarrojos para detectar restos de pintura que no se pueden observar a simple vista. Así, un pigmento concreto conocido como el ‘moratón egipcio’, muy popular en la época y a la vez muy caro y un signo de distinción, aparece brillando al exponerlo en la luz roja. En este nuevo estudio, el color se ha encontrado a varias partes del mármol y, en comparación con otras obras, se ha mirado de establecer qué patrones seguían.

Un color que solo se conocía por los textos antiguos
El ojo humano, además, también ha permitido detectar un color púrpura que ha sido bautizado como ‘púrpura Partenón’ y que es especial porque no está hecho de la manera como se conseguía este color tradicionalmente, a partir de marisco. Si lo hubiera sido, habría aparecido en las fluorescencias con rayos X pero no lo hizo. Es posible, pues, que este color sea un púrpura misterioso que aparece en algunos textos antiguos pero los ingredientes del cual no se divulgaron nunca porque se consideraba que era demasiado valioso.
Con todo esto, se puede saber mucho más de cómo eran aquellas esculturas y frisos en el momento de ser creados, si bien todavía no podamos hacer suposiciones exactas de qué aspecto tenían.