Encogerse para evitar los riesgos del calor. Este es el sorprendente mecanismo que los peces payaso utilizan para sobrevivir y superar sin problemas los momentos de más calor y el estrés térmico. Un nuevo estudio liderado por investigadores de la Universidad de Newcastle analizó la longitud de 134 peces payaso durante casi medio año y analizó las temperaturas registradas en el agua durante una ola de calor marina. Los resultados de la investigación sorprendieron a los miembros del equipo, ya que se pudo constatar que los peces payaso tienen una capacidad inherente para poder encogerse -en este caso acortarse- para dar una respuesta a las olas de calor, el aumento de temperaturas del mar y el estrés térmico.
Este sorprendente mecanismo hace que la posibilidad de supervivencia de los individuos se eleve hasta un 78% y las posibilidades de supervivencia de la especie aún aumentan en caso de que se encojan junto con su pareja reproductora; una muestra de la importancia de la coordinación que necesita la especie. El descubrimiento de los investigadores es doblemente importante, ya que es la primera vez que se puede demostrar que un pez de arrecife de coral se encoge dando una respuesta a las condiciones ambientales.
Una capacidad sorprendente
Los peces payaso solo responden así cuando hay una situación en la cual sufren estrés térmico o hay un conflicto ‘social’ en su sociedad. Esta reacción tiene desconcertados a los investigadores que aún no han aclarado cómo pueden encogerse. La investigadora de doctorado en la Facultad de Ciencias Naturales y Ambientales de la Universidad de Newcastle, Melissa Versteeg, señala que «no se trata solo de adelgazar en condiciones de estrés, sino que estos peces en realidad se están encogiendo. Aún no sabemos exactamente cómo lo hacen, pero sí sabemos que algunos otros animales también lo pueden hacer» y pone como ejemplo las iguanas marinas que gracias a una reabsorción de su material óseo también se pueden encoger.
«Nos sorprendió tanto observar el encogimiento en estos peces que, para asegurarnos, medimos a cada uno repetidamente durante un período de cinco meses. Finalmente, descubrimos que era muy común en esta población. Durante nuestro estudio, 100 peces de los 134 que estudiamos se encogieron» explica una Versteeg que asegura que es «sorprendente ver la rapidez con que los peces payaso se adaptan a un entorno cambiante».
