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El revolucionario fertilizante para cultivar en Marte

Dejada atrás la carrera espacial de la Guerra Fría con la Luna como gran objetivo, la carrera espacial moderna se centra en la exploración de Marte y su futura viabilidad como refugio para los humanos. Ahora, las astronautas de la misión científica Hypatia II -que investiga las condiciones de vida en Marte y los efectos de las experiencias espaciales en el cuerpo de la mujer- han señalado que la sangre menstrual podría convertirse en un recurso clave en un futuro marciano y podría ser un fertilizante natural adecuado para hacer crecer alimentos cultivados en invernaderos en Marte.

La misión, simulada desde la Mars Desert Research Station (MDRS), en el desierto de Utah -en un entorno que buscaba simular las características de Marte-, ha presentado los resultados de la investigación este lunes y se indica que la menstruación y el uso de la copa menstrual son compatibles con las misiones espaciales y que, además, pueden suponer un valor añadido.

La geóloga Marina Martínez explica que para el estudio se ha utilizado la sangre menstrual de dos tripulantes e indica que los resultados preliminares muestran que usar una disolución de sangre menstrual mezclada con agua puede ser beneficioso para el crecimiento de las plantas. Los resultados señalan que aquellas plantas que fueron fertilizadas con sangre menstrual produjeron más raíces y crecieron más rápidamente.

El impacto de la menstruación en las misiones espaciales

Uno de los pilares de la misión ha sido estudiar el sesgo de género en las misiones espaciales. Uno de los aspectos que más se ha analizado ha sido la gestión de los ciclos menstruales durante estas misiones. En declaraciones recogidas por la ACN, una de las tripulantes de Hypatia explica que la tripulación de esta misión ha sido «la primera tripulación de mujeres astronautas que ha utilizado la copa menstrual en una misión simulada» y explica que uno de los objetivos era reivindicar los ciclos menstruales y «rechazar la visión masculinizada de la exploración espacial», asegurando que la menstruación y la copa menstrual son «compatibles» con las misiones espaciales.

Astronautas de la misión Hypatia II en la presentación de resultados en CosmoCaixa. | Norma Vidal

Los cuerpos, al límite

Otro de los aspectos que ha analizado la misión es cómo reaccionan los cuerpos de las mujeres durante las misiones espaciales. Durante el estudio, las astronautas han sido sometidas a duras exigencias físicas junto con restricciones de agua y alimentos, situaciones posibles en el planeta marciano. Una de las principales conclusiones del estudio muestra que todas las participantes de la misión vieron cómo su masa muscular se redujo, aunque el peso y la fuerza se mantuvieron. Helena Arias, ingeniera del equipo, explica que todas las astronautas siguieron una rutina física diaria de 30 minutos en la que se realizaban ejercicios de fuerza, resistencia y cardiovasculares, acompañado de una nutrición adecuada.

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