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El humo de los incendios forestales dispara la contaminación por ozono

Los incendios forestales no son solo una desgracia por la gran cantidad de hectáreas quemadas, sino que un nuevo estudio de la Universidad de Utah señala que el humo de los incendios forestales agrava la concentración de ozono y dispara la contaminación por la molécula reactiva del oxígeno O₃ que daña los pulmones y otros tejidos sensibles del cuerpo humano. Derek Mallia, profesor asistente de investigación en ciencias atmosféricas y autor principal del estudio, señala que «este estudio sugiere que podríamos eliminar todas las emisiones regionales de fuentes antropogénicas de óxido nítrico, pero los incendios aún pueden producir una gran cantidad de ozono.»

Los investigadores señalan que, de media, la presencia del humo proveniente de los incendios forestales hace que las concentraciones de ozono se multipliquen y lleguen hasta las 21 partes por mil millones (ppm). Mallia señala que «el nivel de ozono aumentó aproximadamente entre un 20% y un 30% debido al humo de los incendios forestales» y advierte que «es una cifra considerable». Es importante destacar, además, que los niveles de ozono son muy difíciles de modelar «porque el contaminante está controlado por muchos factores» como pueden ser el viento, la temperatura o la hora del día.

Imagen de archivo de la vista aérea del incendio forestal de Alins | Bombers de la Generalitat

El humo de los incendios, un problema para la salud

La destrucción del suelo y la contaminación por ozono no son los únicos problemas derivados de los incendios forestales. Los investigadores, que se han centrado en Estados Unidos para su investigación, indican que los niveles de ozono en el oeste de EE.UU. ya son elevados, pero la carga de ozono que se libera en los incendios forestales hace que los niveles por encima del estándar de salud de 70 ppb establecido por la Agencia de Protección Ambiental acaben elevándose y se genere un clima perjudicial para la salud. De hecho, los investigadores señalan que además el humo de los incendios no solo tiene esta afectación en el ozono, sino que además altera el clima «y ralentiza la formación de ozono, reduciendo los niveles hasta 10 ppb dentro de la columna». «Si se está justo sobre el incendio, suele haber suficiente sombra de humo para limitar la cantidad de ozono. Pero si se está suficientemente lejos y la columna se vuelve relativamente difusa, no suele ser lo suficientemente densa para limitar realmente el ozono», destaca Derek Mallia.

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