Un nuevo estudio elaborado por el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), basado en las muestras recogidas entre 1987 y 2014 en el macizo del Montseny, señala que las bacterias y hongos procedentes de los desiertos norteafricanos tienen una presencia persistente en el sur de Europa sin depender de los episodios de polvo sahariano, un hallazgo que demuestra que el impacto de estos en los ecosistemas y la salud humana es continuo y no puntual como se pensaba. Los investigadores explican que el polvo del desierto que viaja a través de las capas altas de la atmósfera y que a menudo presenta episodios de calima acaba cayendo con la lluvia o la nieve, motivo por el cual se han tomado las muestras en el Montseny, ya que la contaminación local se concentra en capas más bajas y, por tanto, también cae a cotas más bajas. En montaña, en cambio, la lluvia arrastra partículas que provienen de las capas altas de la atmósfera.
El grupo de investigación ha analizado el ADN de las muestras de lluvia gracias a diversas técnicas de secuenciación masiva y han comparado los resultados con las muestras de los suelos de los desiertos norteafricanos y de otras zonas del mundo para poder caracterizar la microbiota -la totalidad de microorganismos, sus elementos genéticos, y la interacción medioambiental dentro de un ambiente biofísico particular-, y además se ha recreado el movimiento de las grandes masas de aire para poder observar cómo se dispersan estos microorganismos por todo el mundo.
No us imaginaríeu mai el que acabem de descobrir… Els bacteris i fongs del desert nord-africà han aparegut al Montseny!!!🦠✨ El viatge el fan sobretot amb la pols sahariana, però no només. Us expliquem aquesta història fascinant. pic.twitter.com/CFCYhQcNgh
— CREAF (@CREAF_ecologia) February 24, 2025
Una investigación que debe profundizarse aún más
Los investigadores del CREAF señalan que la investigación es clave para poder descubrir cómo impactan en la naturaleza -un ejemplo es la fertilización de los suelos-, o cómo afecta a la salud humana -con un aumento de alergias o la propagación de genes resistentes a los antibióticos-. Además, el CREAF explica que esta investigación y la presencia persistente de estos hongos y bacterias cobra más relevancia en un contexto de cambio climático; un contexto en el cual se prevé que las zonas áridas se expandan por todo el planeta Tierra y en el cual se producirán diversas alteraciones en cuanto a la circulación atmosférica a causa de la actividad de los seres humanos.
