Durante el pasado mes de febrero, y enmarcados en el Plan de Recuperación del tritón del Montseny, una actuación de la cual forman parte el Departamento de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica de la Generalitat de Catalunya, el Zoo de Barcelona y el Ayuntamiento de Barcelona, la Diputación de Barcelona, la Diputación de Girona y el Centro de Investigación y Educación Ambiental de Calafell (CREAC), además del Parque Natural y Reserva de la Biosfera del Montseny, se han reintroducido 352 ejemplares de tritón del Montseny (Calotriton arnoldi) que habían sido criados en cautividad. Concretamente durante los días 19, 25 y 27 de febrero se reintrodujeron 98 ejemplares jóvenes y 254 larvas de tritón que corresponden al linaje occidental de la especie -el cual se ha señalado recientemente como una subespecie-. El tritón del Montseny es una especie que se descubrió en el año 1979 y en primera instancia se confundió con el tritón pirenaico. No fue hasta 2005 que varios estudios confirmaron que el tritón del Montseny era una especie nueva y que era la más amenazada de Europa occidental.
El objetivo de su reintroducción
Desde las administraciones buscan que la cría en cautividad de los tritones del Montseny para luego reintroducirlos en el ecosistema natural pueda ayudar a desarrollar un reservorio genético que ayude a garantizar el futuro de esta especie y, a la vez, amplíe el área de distribución del animal; ya que actualmente esta está limitada a ocho torrentes del Montseny que suman una superficie de 12 kilómetros.

En un comunicado del Ayuntamiento de Barcelona, señalan que la reintroducción de esta especie es una «sin precedentes», motivo por el cual señalan que se debe hacer con mucho cuidado, ya que «requiere ensayo, un seguimiento biológico de todas las poblaciones reintroducidas y el análisis continuo para adaptar la futura gestión y mejorar los resultados a cargo de un equipo multidisciplinario de técnicos y científicos». Cabe destacar que antes de poder reintroducir los tritones en el medio natural y acceder a los torrentes se debe aplicar el protocolo de bioseguridad para evitar una transmisión de enfermedades mortales a estos anfibios.