Los griegos fueron una parte fundamental de la construcción histórica de Cataluña. Su estancia en la nación trajo comercio, riqueza y fundación de ciudades, como es el caso del poblado de La Cella de Salou. Los arqueólogos han encontrado varios elementos de cubrición de techos que corroboran las hipótesis y los indicios con los cuales trabajaban en la excavación desde el 2010. Ivan Cots, codirector de las excavaciones, señala que «todas las casas tienen una estructura muy similar, que pasa de los 90 a los 120 metros cuadrados, y parcelas muy igualitarias». Malgrat que el origen del poblado sea griego, los investigadores destacan que era una ubicación «multicultural» donde confluyeron hasta tres culturas como la íbera y la púnica.
Jordi Dioli, profesor del Departamento de Historia e historia del Arte de la Universitat Rovira i Virgili (URV), es quien dirige la excavación y señala que «estamos encontrando algún elemento constructivo que nos apunta hacia este mundo griego. Esto es novedad de hace nada. Hemos encontrado un tipo de cubrición de los techos, los cuales los encontramos en asentamientos griegos y, posteriormente, romanos». El codirector de la excavación, Ivan Cots, explica que «es un urbanismo muy bien definido, muy bien ortogonal, el cual está formado por diferentes aposentos, pero todas ellas siguiendo siempre un mismo patrón».
Las ciudades griegas tenían varios disparos característicos, explica Cots. «Son gente que llega y se reparte la parcela como iguales y esto es un disparo muy característico de estas primeras fundaciones griegas. Unas fundaciones que nunca tendríamos que vincular al que es una colonia, sino que siempre sería un emporio, un simple lugar de comercio», señala el codirector que añade que «todas las casas tienen una estructura muy similar, que pasa de los 90 a los 120 metros cuadrados, todo es muy igualitario, no destaca ningún edificio por encima del resto».

Los arqueólogos señalan que el yacimiento de La Ceja es un yacimiento «singular» en todo el Mediterráneo, puesto que es un asentamiento «complejo y diferenciado» del resto de yacimientos de la antigua Cessetania. Dioli explica que «ahora mismo, no hay ninguno otro asentamiento a Cataluña, con esta cronología, que tenga un sistema urbanístico de estas características, con la casa más pequeña, 90 metros cuadrados, esto es impensable en cualquier otro asentamiento indígena que tuviéramos actualmente».
Se podría haber producido vino
El director de la excavación explica que los recipientes analizados que se han encontrado en el yacimiento certifican la existencia de vino. A pesar de esto, no se ha podido confirmar si en este poblado se producía o simplemente se consumía. «Teníamos cerámicas, tanto indígenas como de fuera, que nos apuntaban que habían contenido vino. Que el vino sea de aquí o que venga de fuera nos queda al aire», explica Dioli. Un vino que era un parto muy importante de la sociedad griega, la púnica, y la fenicia. «Los íberos se lo hacen suyo, por lo tanto, es una zona donde sabemos que desde muy antiguo había viña. No me extrañaría nada que se produjera», añade.
Además, los arqueólogos explican que se han encontrado restos de material de importación que habrían provenido de los intercambios comerciales que se hacían entre Ebussus (isla de Ibiza), las colonias griegas de Massalia (Marsella), la Magna Grecia (Sicilia y sur de Italia).
