Cataluña vivirá un fenómeno excepcional dentro de solo un año. El 12 de agosto de 2026 un eclipse solar total se podrá ver desde buena parte del país, sobre todo en el sur de Cataluña, las Montañas de Prades, el Montsant y algunas zonas de las Tierras del Ebro. Precisamente en Prades es donde el eclipse ya se está notando, y Aleix Roig, responsable del Parque Astronómico Montañas de Prades, señala que el parque está a punto de colgar «el cartel de completo» para poder vivir el espectáculo. Donde también se está notando que solo falta un año para el eclipse es en las Tierras del Ebro, donde se podrá ver más tiempo, y desde donde señalan que se han disparado las demandas de información, consultas y reservas hoteleras.
Cabe destacar que el eclipse es un hecho totalmente excepcional y los expertos señalan que hasta el año 2200 no se podrá repetir el fenómeno, motivo por el cual se espera que haya una gran afluencia de visitantes. De hecho, el último eclipse que se pudo observar desde las Tierras del Ebro data de 1905, año en el que se inauguró el Observatorio del Ebro y desde donde se espera que el eclipse de 2026 dure hasta un minuto y medio. En declaraciones hechas a la ACN, Aleix Roig asegura que mucha gente ha señalado que este eclipse «es uno de los fenómenos más espectaculares de la naturaleza», un hecho que también destacan desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); ya que Juan José Curto Subirats, investigador del CSIC y responsable de cultura científica del Observatorio del Ebro asegura que es un evento astronómico «único» y especial.
Un fenómeno de interés científico y turístico
La peculiaridad de este eclipse solar total es que tiene un doble interés, tanto a escala científica como turística. Desde el Observatorio del Ebro señalan que la «peculiaridad» del evento puede desarrollar investigaciones concretas sobre este fenómeno, como ya se han hecho con anteriores eclipses. Juan José Curto destaca que «además de ver algo natural que no vemos todos los días, hay aspectos concretos de la ocultación del sol que, al menos a mí en particular, me permiten hacer algún estudio de cómo se ha disminuido la ionización en la ionosfera o cómo ha variado el campo magnético» y señala que «es posible que pudiéramos hacer algún pequeño trabajo científico».
De hecho, el responsable de cultura científica del centro de Roquetes señala el atractivo que tendrá el eclipse en Cataluña, ya que «el área donde habrá eclipse total será el sur de Cataluña, esperamos mucha gente del norte del país, incluso de Francia. Será agosto, probablemente habrá mucha gente de vacaciones que tendrá disponibilidad y sí, se prevé que mucha gente venga aquí a verlo». La hostelería se verá beneficiada, tal como ha explicado el director del Hotel SB Corona Tortosa, Josep Rodrigo, quien asegura hace tiempo que detectaron un aumento en las peticiones de información para el 12 de agosto de 2026. «Fue como nos dimos cuenta de que viviríamos este fenómeno nada habitual», ha señalado. Desde el Camping de Prades también señalan este creciente interés de aquí a un año. La directora del camping, Mireia Sans, asegura que «habrá mucha demanda, sobre todo de cara a los días del eclipse y esperamos que todo vaya bien coordinado y bien organizado para que podamos tener una velada fantástica» y destaca que se intentará que las llegadas de gente sean escalonadas y detalla que solo se aceptarán reservas por varios días para evitar que toda la gente llegue el día 12.

Cómo ver el eclipse
No solo se debe levantar la cabeza al cielo, sino que según relata Aleix Roig se necesita «tener un horizonte cero, mirando hacia el oeste, y se verá hacia las ocho y media de la tarde. La duración es alrededor de un minuto, según la ubicación». De hecho, cuanto más al sur de Cataluña, mejor se podrá ver el eclipse. Juan José Curto, sin embargo, advierte que no se debe mirar el sol de manera directa mientras se produce el eclipse y que se necesitan «unas gafas especiales homologadas o observar el Sol por proyección», una forma de observar el eclipse que organizará el Observatorio del Ebro. «No vale cualquier cosa, insisto», alerta el investigador.