El Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) lanzó la semana pasada una nueva iniciativa que quiere estudiar la percepción que tiene la población del Área Metropolitana de Barcelona (CON) sobre la contaminación del aire y los espacios verdes urbanos. Con una aplicación web muy sencilla, se recogerán datos para que ayuden a mejorar las actuaciones y a combatir la contaminación del aire y sus efectos en el bienestar y la salud de las personas.
La aplicación permitirá que cualquier persona que sea a la CON pueda responder si allá donde se encuentra el ambiente le parece muy contaminado, ruidoso o que huele mal. Además, a la misma encuesta cada cual puede explicar si cree que la contaminación le está afectando la salud y también qué sensaciones tiene sobre el verde urbano: si hay muchos árboles, si está descuidado, si es demasiado lejos…
Averiguar si la población se está acostumbrando a la polución
La campaña se alargará hasta el otoño, pero la aplicación estará activa indefinidamente para poder recoger datos continuamente. Su responsable, Corina Basnou, explica que uno de los objetivos es ver si las personas de la CON se están acostumbrando a respirar aire contaminado, cosa que seria «un problema grave» en la hora de conseguir que la ciudadanía sea «comprometida y reivindicativa» con la reducción de la polución del aire, y, además, «afectaría la salud de las personas directamente». Al fin y al cabo, la presión social y los cambios de hábitos son dos herramientas clave para cambiar el modelo de ciudad y, con él, mejorar la calidad del aire.
Saber cuál es la percepción sobre el verde urbano, además, también ayudará a gestionar y planificar estos espacios, una solución basada en la natura que es sabido que regula la contaminación, aumenta la sensación de benetar, reduce el efecto isla de calor y mejora la permeabilidad del suelo, entre otros. La idea, explica Basnou, es que las ciudades «reverdezcan y creen corredores verdes», cosa que se puede hacer con «arbolado viario, parcos, prados urbanos, jardines verticales…» para «pasar del gris a un verde capaz de filtrar aire y refrescar«.
Así, con los datos recogidos se creará un ‘mapa de sensaciones y percepciones’ que cubrirá pueblos ciudades y barrios cuanto más diferentes mejor, tanto en parámetros socioeconómicos como en niveles de contaminación y verde. Esto, junto con datos por satélite y otras fuentes, ayudará en una mejor planificación de las ciudades.
El verbo urbano ayuda a limpiar el suelo y el aire de las ciudades
En el que toca al verde urbano, la misma Basnou tiene una línea de trabajo para estudiar el papel de la vegetación en la hora de filtrar la contaminación, trabajando tanto en huertos urbanos como en soluciones basadas en la natura en las ciudades. En este sentido, la encuesta dará datos clave para estrategias de planificación urbana tanto de la CON como del Ayuntamiento de Barcelona y aportará información sobre acciones concretas de restauración y regeneración urbanas.
El verde urbano, concluye Basnou, «puede ser como el aparato circulatorio de nuestra ciudad». No vale, pero «un verde cualquiera, ni una gran cantidad, se trata también de la calidad». Así, por ejemplo, hace falta «potenciar los árboles viejos siempre que se pueda». Tanto estos como los arbustos, cuando respiran, extraen contaminantes gaseosos y capturan partículas contaminantes. Por otro lado, también hay plantas que juegan un papel importante en la llamada ‘fitorremediación’, es decir, en la extracción de contaminantes del suelo.
