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Catalunya, lejos de la soberanía energética para 2030

La presentación del Informe de Situación 2024 sobre el progreso de la implantación de energías renovables en Cataluña – Objetivos 2030/2050, elaborado por el Observatorio de las Energías Renovables de Cataluña (OBERCAT), ha mostrado una cruda realidad: Cataluña está lejos de la soberanía energética prevista para 2030. Los datos presentados señalan que en Cataluña hace falta que se cubra un 79,6% de energía eléctrica de origen renovable para alcanzar los objetivos del PROENCAT. El informe muestra cómo este año la producción de energía renovable ha aumentado un 3,3%, un hecho que se celebra, pero que, a la vez, Víctor Cusi, presidente de EolicCat y uno de los portavoces de OBERCAT, pone agua al vino y destaca que este aumento ha sido en gran parte generado por la energía hidráulica, un crecimiento del 62% gracias al final de la sequía que ha azotado Cataluña en los últimos tres años. «Para alcanzar los objetivos es necesario multiplicar por 5 la capacidad instalada de la eólica y la fotovoltaica», destaca un Cusi que asegura que «nos queda mucho trabajo a la hora de implantar renovables» pero que alaba los primeros meses del ejecutivo de Salvador Illa y explica que «el nuevo gobierno ha dado señales de buena voluntad política».

La demanda eléctrica en Cataluña durante 2024 ha sido de 44,11 TWh, una cifra que representa un 0,7% menos de la registrada en el año 2023. Durante 2024, Cataluña ha incrementado la capacidad de generación eléctrica renovable y se ha situado hasta los 81,92 MW, de los cuales 30 provienen de la energía eólica, 51,57 de la fotovoltaica y 0,35 de otras energías renovables. Un incremento de la capacidad de generación del 2,19% respecto a 2023.

Las cifras del balance energético en Cataluña muestran que la nuclear sigue siendo la primera fuente de generación de electricidad y abarca el 50,3% de la demanda aunque haya caído un 1,6% respecto a 2023. Por su parte, las renovables han podido cubrir el 18,6% de la demanda eléctrica, cifra que supone un aumento de 5,1 puntos respecto al 13,5% de 2023. La hidroeléctrica se ha consolidado como la primera renovable de Cataluña aportando un 8,2% de la demanda de energía, mientras que la eólica ha aportado un 6,4% y la fotovoltaica un 0,95%.

Burocracia, los palos en las ruedas de las energías renovables

El papel de las administraciones es un aspecto clave en la implementación de las energías renovables y un detalle que se ha destacado durante la presentación del informe es que un proyecto renovable en Cataluña debe pagar las tasas de tramitación más altas de todo el Estado español, un agravio comparativo y competitivo respecto a zonas del Estado español como Andalucía o Castilla y León donde, por ejemplo, un promotor debe pagar ‘solo’ 30.000 euros por este proyecto mientras que en Cataluña esta cifra se elevaría drásticamente y se situaría en los 130.000 euros.

Como en otros aspectos relacionados con el medio ambiente, como se puede observar en la batalla entre administración y agricultores respecto a la fauna, la burocracia se ha convertido en un gran obstáculo a la hora de ejecutar proyectos. Un obstáculo que se encuentra muy centrado en la lentitud que tienen las instituciones municipales, sobre todo en lo que respecta a las moratorias de urbanismo. El informe detalla que «en 2024 la Generalitat no ha autorizado ningún proyecto de parque eólico terrestre y cuatro de los seis proyectos de parques eólicos autorizados en 2023 aún no han obtenido la aportación definitiva de los Proyectos de Actuación Específica (PAE) de las Comisiones Territoriales de Urbanismo». Concretamente, los parques afectados por esta burocracia han sido los proyectos de Galatea, Conca de Barberà I, Conca de Barberà II y Conca de Barberà III.

De hecho, en la presentación del informe se ha denunciado el bloqueo voluntario que ejercen algunos municipios hacia las energías renovables a través de moratorias de urbanismo o modificaciones del planeamiento urbanístico con carácter suspensivo por hasta dos años.

Presentación del informe del año 2024 sobre el estado de la implantación de energías renovables en Cataluña. / Marta Cardenal

Las renovables, un motor económico

La implantación de las renovables en Cataluña no solo genera un impacto energético, sino que también se ha convertido en un pulmón para la economía del país. Los ayuntamientos catalanes recibirán un total de 9.832,5 millones de euros hasta el año 2080 por la nueva capacidad eólica y fotovoltaica, lo que supone una cifra de 172,5 millones de euros por año. Solo por el alquiler de los terrenos donde se pueden instalar las renovables supondrá unas rentas al territorio de 15.001,4 millones hasta 2080. “Las renovables tienen un impacto económico mucho más distribuido que otras fuentes como la nuclear, que concentra toda la riqueza en pocos municipios”, ha señalado Helena Badger, delegada de UNEFCAT.

No solo las administraciones locales pueden beneficiarse de las renovables, sino que según se detalla en el informe de OBERCAT se espera que la construcción y el mantenimiento de las nuevas instalaciones de generación eólica y solar fotovoltaica supondrá la creación de 4.159 puestos de trabajo por año entre 2025-2030, 5.740 en el período 2031-2040 y 3.876 en el período 2041-2050. De hecho, se espera que en el punto álgido de la implementación de las renovables en 2050 se creen 8.506 puestos de trabajo.

Otro de los aspectos a destacar es que el número de empresas instaladoras en Cataluña es de 18.579, lo que supone que se da trabajo a cerca de 92.895 trabajadores y representa el 3,16% del PIB de Cataluña. Además, los datos de un estudio de mercado realizado por FEGICAT en 2024 indican que casi la mitad de las empresas, el 48,6%, necesitan «la incorporación inmediata de profesionales formados», lo que supone que el sector sufre un déficit de unos 19.500 trabajadores.

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