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Un experto de Oxford advierte que encontrar rastros de vida en Marte sería una «mala noticia»

Los, de momento pocos, indicios que muestran que Marte podría haber tenido vida en su interior son una gran noticia dentro de la comunidad científica y astronómica. El profundizar en el conocimiento de cómo evolucionó el planeta rojo y también la galaxia son una de las grandes obsesiones de los humanos que desde la Guerra Fría se han fijado la conquista de lo que hay más allá de la atmósfera como uno de los grandes objetivos para asegurar la perduración de la existencia humana. El pasado 17 de octubre el Jet Propulsion Laboratory del California Institute of Technology publicó un artículo donde se cuestiona si «podría existir la vida bajo el hielo de Marte?», una pregunta que Nick Bostrom, filósofo y profesor sueco y académico de la Universidad de Oxford, asegura en una entrevista al medio polaco WP Tech que «sería una mala noticia».

La evolución de la vida en Marte, la gran ‘amenaza’

En el año 2008 Bostrom publicó junto con la Universidad de Oxford un ensayo en el cual auguraba la mala noticia que supondría encontrar vida en Marte, al ser preguntado por si mantenía la vista pesimista sobre la posible vida en el planeta Rojo el filósofo teorizó que «si se descubriera vida extraterrestre, las implicaciones dependerían de algunos detalles adicionales, en particular si se trata de un surgimiento independiente de vida o de un caso de transferencia interplanetaria (vida originada en Marte que después llegó a la Tierra o viceversa)», y destaca que «la vida que surge independientemente nos daría evidencia de que la vida surgiera (en el espacio) no es muy improbable, lo que nos permitiría concluir que el universo es probablemente bastante rico en vida».

Este es el concepto de un artista de un Marte temprano con agua líquida (zonas azules) en su superficie. Las regiones antiguas de Marte presentan signos de agua abundante, como características semejantes a valles y deltas, y minerales que solo se forman en presencia de agua líquida. Los científicos piensan que hace miles de millones de años, la atmósfera de Marte era lo suficientemente más densa y cálida para formar ríos, lagos y quizás incluso océanos de agua. A medida que el planeta se enfrió y perdió su campo magnético global, el viento solar y las tormentas solares erosionaron al espacio una parte importante de la atmósfera del planeta, convirtiendo a Marte en el desierto frío y árido que vemos hoy. | NASA
Este es el concepto de un artista de un Marte temprano con agua líquida (zonas azules) en su superficie. Las regiones antiguas de Marte presentan signos de agua abundante, como características semejantes a valles y deltas, y minerales que solo se forman en presencia de agua líquida. Los científicos piensan que hace miles de millones de años, la atmósfera de Marte era lo suficientemente más densa y cálida para formar ríos, lagos y quizás incluso océanos de agua. A medida que el planeta se enfrió y perdió su campo magnético global, el viento solar y las tormentas solares erosionaron al espacio una parte importante de la atmósfera del planeta, convirtiendo a Marte en el desierto frío y árido que vemos hoy. | NASA

El factor fundamental para el profesor y filósofo sueco «es qué tan avanzada será la vida descubierta: si solo se trata de unos simples procariotas, las implicaciones serían menos dramáticas que si se tratara de alguna forma de vida más avanzada». Bostrom pone énfasis en el hecho de que «encontrar vida más avanzada, creada de manera independiente (como describí en un ensayo del 2008) plantearía preguntas sobre el Gran Filtro» (toda civilización en desarrollo tendrá que encontrar un obstáculo percibido como un filtro -meteoritos, plagas o desastres naturales entre otros- y que superar esta barrera es necesario para que la civilización alcance un nivel superior) y «aumentaría la probabilidad de que haya vida más allá de nuestra etapa actual de desarrollo, lo que sería siniestro».

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