Este jueves, la casa de subastas Sotheby’s de Nueva York, en los Estados Unidos, venderá uno de los objetos con una importancia simbólica más grande de la historia de la exploración del espacio. Se trata de un ejemplar de la cinta máster del Disco de Oro de las Voyager, concretamente la copia que era propiedad del famoso astrónomo Carl Sagan y de su esposa, la productora de ‘Cosmos’ Ann Druyan.
La grabación completa se encuentra en dos cintas magnéticas de doble cara que, según Sotheby’s, continúan teniendo un sonido de una calidad «excelente». Además, todavía son en el interior de las cajas originales de los estudios de grabación Columbia, etiquetados a mano y con una lista de su contenido: el mensaje que, el 1977, las sondas Voyager llevaron en el espacio, y más allá de los confines del Sistema Solar, por sí en algún momento una inteligencia extraterrestre las encontraba.
El proyecto de los discos de las Voyager
Este proyecto continuó la idea de la placa que contendía la sonda Pioneer 10 de la NASA y es por eso que la agencia volvió a contactar con quienes lo habían preparado, los astrónomos Carl Sagan y Frank Drake, para que hicieran una cosa parecida con un disco. En su desarrollo también participaron Linda Salzman, que también había tomado parte en el proyecto de la Pioneer 10, y Ann Druyan, que ejerció de directora creativa. El resultado es suficiente conocido: el primer mensaje enviado por la Humanidad a las estrellas, con sonidos e imágenes que querían mostrar la diversidad de vida y de culturas de nuestro planeta.

Así, además de saludos en 59 lenguas humanas diferentes, también hay sonidos de ballena, de lluvia en el bosque, de las olas cerebrales y el latido del coro de una joven enamorada, las primeras palabras de una madre a su bebé… También hay una parte dedicada a la música, que va del ‘Concierto de Brandeburgo’ de Johann Sebastian Bach a ‘Johnny B. Goode’ de Chuck Berry, junto con piezas populares y tradicionales de todo el mundo. Además, al disco se añadieron sonidos para dar contexto de su origen, como por ejemplo un púlsar lejano o una estrella de neutrones.
Un largo viaje a través del espacio y el tiempo
Los discos, hechos de cocer y chapados en oro, fueron enviados al espacio con una cubierta que incluía una descripción por encontrar nuestro Sistema Solar y también instrucciones sobre, está claro, como reproduïr-los. En principio fueron creados para durar entre 1.000 y 5.000 millones de años y, por lo tanto, podrían continuar vagando por el espacio mucho después que el último humano haya desaparecido.
De momento, son en el interior de los dos objetos fabricados por los humanos que han llegado más lejos, los únicos que incluso han conseguido salir del Sistema Solar. Si alguien está interesado en esta copia de la cinta máster de los discos, pero, se tendrá que rascar el bolsillo: el precio de salida es de 300.000 dólares y Sotheby’s espera que el precio final oscile entre los 400.000 y los 600.000.
