La carrera espacial que se desarrolló durante la guerra fría centró la actualidad política y social de la población humana durante más de 40 años. El 2 de enero de 1959 la capacidad de la industria espacial de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) logró que la sonda Luna 1 -la primera de la serie de sondas del Programa Luna soviético- lograra alcanzar la velocidad de escape de la tierra.
Durante el 3 de enero, cuando la sonda se encontraba a más de 100.000 kilómetros de la Tierra, la sonda Luna 1 soltó una nube de gas de sodio dejando un rastro naranja que se pudo ver desde la Tierra, una señal visual que sirvió para que los técnicos soviéticos siguieran el rastro de la nave y pudieran observar cómo se comportaba este gas en el vacío del espacio.
Luna 1, la sonda soviética que fue pionera
Esta sonda de la industria espacial soviética fue bautizada, inicialmente, como Mechta (Мечта) -‘Sueño’ en ruso- y se trataba de una esfera de unos 80 centímetros de diámetro que se construyó a partir de magnesio y aluminio con un peso total de la sonda de 361 kilos. La sonda debía haber impactado en la superficie lunar, pero una avería en el sistema de control del cohete que la lanzó hizo que su recorrido se desviara y acabara pasando a 5.995 kilómetros de la superficie lunar.

El hito de la Luna 1 se convirtió en un fenómeno de masas y, de hecho, en el bloque occidental se la rebautizó popularmente con el nombre de Lunik 1; y en 1963 las autoridades soviéticas cambiaron definitivamente su nombre a Luna 1, dejando atrás el Mechta original.