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La primera misión privada a la luna ha despegado con éxito

Los Estados Unidos de América quieren volver a estar al frente de la carrera lunar. Después de dejar huella, de forma literal, gracias a Neil Armstrong y el Apolo 11, ahora el país norteamericano ha emprendido una misión privada con destino a la luna. El nódulo de aterrizaje lunar Pregrine, de Astrobotic Technology, ha hecho historia cuando hoy, ocho de enero de 2024, a las ocho y 18 minutos se ha elevado transportando instrumentos científicos de la NASA.

Hace 50 años que la misión Apolo hizo historia a la carrera lunar, y ahora esta iniciativa de la NASA de Servicios Comerciales de Carga Lunar puede significar un nuevo paso en materia espacial, puesto que se contratan empresas privadas por la construcción y lanzamiento de las naves. El encargado de transportar lo Peregrinas ha sido el cohete Vulcan de la United Launch Alliance.

La NASA celebrando el lanzamiento de esta misión privada a la luna

Llegada a la luna hacia finales de febrero

La NASA se encuentra muy ilusionada con este proyecto, como ha demostrado su administrador Bill Nelson a la suya web: «El primer lanzamiento de CLPS envió cargas útiles en camino a la Luna, un gran salto para la humanidad mientras nos preparamos para volver a la superficie lunar por primera vez en más de medio siglo«.

Según los cálculos realizados, el aterrador robótico tendría que llegar a la superficie lunar el 23 de febrero, y lo haría en una de las latitudes medianas de la luna, la denominada Sinus Viscositatis, es decir, la Bahia de la Viscosidad, situada en el nordeste del Oceanus Procellarum, conocido como Océano de las Tormentas.

El cohete esperando su lanzamiento desde el Complejo de Lanzamiento 41 de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral en Florida.

El propósito de esta misión es que, una vez aterrizada, los instrumentos de la NASA transportados se dedicarán a estudiar la exosfera lunar, las propiedades térmicas de la regolita lunar, y la abundancia de hidrógeno en el suelo donde tiene que aterrizar. Además, se realizará un seguimiento de la radiación ambiental a la luna. Con esta misión también se quiere comprender mejor los procesos y la evolución planetarios, además de seguir la investigación de evidencias de agua y otros recursos valiosos que puedan apoyar a la exploración humana, y que sea sostenible, a largo plazo.

Entre el material enviado podemos encontrar un conjunto de retrorreflectores láser, un sistema de espectrómetro de neutrones, un espectrómetro de transferencia de energía lineal, un sistema de espectrómetro de volátiles de infrarrojo próximo y un espectrómetro de masas con trampa de iones peregrinos.

Los indios navajos se opusieron al lanzamiento

Buu Nygren, presidente de la Nación Navajo, en una entrevista a la Radio Pública de Arizona, quiso aplazar el lanzamiento, puesto que había «restos humanos incinerados» en esta misión, concretamente las que forman parte de la carga útil de Celestis. Nygren dejó claro que depositar restos humanos en la luna es una «profanación» y recordó que muchas culturas veneran la luna. De hecho, en el año 1998 la NASA ya fue criticada por el presidente de la Nación Navajo de entonces, Albert Hale, quien acusó la NASA «de insensibilidad» cuando envió a la luna las cenizas del ex geólogo y científico planetario Eugene Shoemaker.

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