Gracias al uso de un algoritmo de aprendizaje automático, un equipo de investigadores ha podido presentar una imagen mejorada del primer agujero negro que se consiguió fotografiar, el que hay en el centro de la galaxia M87. Tanto la imagen, mucho más nítida que la que conocíamos hasta ahora, como el método para obtenerla, basado en los mismos datos, han sido presentados en un artículo publicado en la revista ‘Astrophysical Journal Letters’.
Trabajando a partir de datos del 2019
La primera imagen de un agujero negro se consiguió en 2019 gracias al Telescopio del Horizonte de Acontecimientos. Aquella primera ‘fotografía’, obtenida gracias a los datos de una red de telescopios repartidos por toda la Tierra, mostraba un nube borros de gas que giraba, mostrando vagamente la silueta del cuerpo extraordinariamente masivo que hay en medio. Aquella técnica, pero, dejaba algunos agujeros a los datos disponibles.
Una gran ayuda para completar la información
Para completarlas de manera ‘real’, solo se podría usar más y más telescopios. Había, pero, otra opción, usar un algoritmo de aprendizaje automático por llenar los vacíos en la información disponible y poder, así, mejorar el conocimiento sobre el agujero negro y, con él, la imagen obtenida. Así, en vez de hacer como los análisis anteriores, que los llenaban a partir de preconcepciones, el algoritmo llena los vacíos en los datos basándose en más de 3.000 imágenes simuladas de cómo se mueve la materia alrededor de un agujero negro, cosa que le da un aspecto mucho más nítido que la que conocíamos hasta ahora.
En el futuro, el uso de esta técnica puede ser muy útil para los científicos para conocer mejor cuál es la masa del agujero negro y hacer macetas de gravedad y otros estudios sobre su física con resultados mucho más precisos que hasta ahora, cosa que ayudará a conocer algo mejor uno de los misterios más grandes del cosmos.
