La NASA continúa trabajando en el desarrollo de un cohete nuclear para que el viaje de la Tierra en Marte sea mucho más rápido que con un medio de transporte ‘convencional’. Si un cohete con combustible líquido tarda entre siete y ocho meses a cubrir la distancia que nos separa del Planeta Roig, esta nueva propuesta podría reducir este tiempo en como mínimo un tercio.
El pasado mas de enero, la agencia espacial norteamericana ya anunció que colaboraba con la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA) para crear un cohete con combustible nuclear para viajes de larga distancia. El objetivo, más allá de ahorrar tiempo, es reducir la duración de la exposición de los astronautas a la radiación del espacio y dar más flexibilidad a las misiones.
Un reactor de fisión para alimentar el cohete
Ahora, pocos meses después, conocemos algunos detalles más sobre este proyecto tan importante para el futuro de la exploración del espacio. DARPA está desarrollando un cohete de propulsión nuclear termal que han denominado DRACO (Cohete de Demostración para Operaciones Cislunars Ágiles) y que usa la gran cantidad de calor que genera un reactor de fisión para convertir uno propulsando líquido en gas y hacerlo pasar por una tobera para generar movimiento.
Este sistema, según la NASA, es como mínimo tres golpes más eficiente que donde cohete químico y crea más empujón. Esto también quiere decir menos necesidad de combustible, que quiere decir más espacio de carga a la nave para cualquier necesidad, desde equipación científica hasta alimentos o incluso materiales de construcción para el establecimiento de una colonia en Marte. Así pues, podría ser toda una revolución en cuanto a las posibilidades de la exploración del espacio tanto en tiempo como en logística.
Las pruebas se harán en el espacio a pesar de que se considera una tecnología segura
Lo DRACO, por otro lado, a pesar de ser un propulsor con energía nuclear, usará uranio de enriquecimiento bajo, y no el uranio de enriquecimiento alto que se usa en armamento, de forma que se puede considerar una tecnología cuando menos relativamente segura. Sin embargo, las pruebas de este cohete, que se cree que podrían tener lugar el 2027, no se harán en la Tierra sino directamente al espacio, para evitar las peores consecuencias de un accidente que, parece, consideran poco probable pero en ningún caso imposible.
Si todo sale bien, la propulsión nuclear podría ser un salto adelante muy importante para la exploración del espacio. Además de reducir los riesgos para la salud que supone la exposición a la radiación del espacio, reducir el tiempo de viaje también sería un alivio para la presión psicológica de los astronautas, que tienen que pasar todo el trayecto cerrados en espacios muy pequeños, tanto en la ida como en la vuelta.
Recuperando un antiguo sueño
Esta tecnología, de hecho, no es nueva, cuando menos como concepto. Los primeros esbozos ya se hicieron durante los años 60 y 70 pero, después de los accidentes nucleares de Three Mile Island, en los Estados Unidos; y de Chernóbil, a la Unión Soviética, la mala prensa que recibió la energía nuclear hizo abandonar el proyecto. Ahora, pero, esta idea se ha retomado y parece que, finalmente, se llevará a buen puerto.
