En el año 1969 los hombres aterrizaron por primera vez en la Luna. Desde ese momento la Luna ha sido motivo de obsesión total de los humanos que han visto su conquista como una nueva carrera geopolítica en la Tierra. 55 años después de que los humanos llegaran a la Luna, la NASA se encuentra preparando una misión para estudiar la regolita lunar -una capa de escombros en parte descompuestos sobre la roca madre u otro sustrato más coherente y duro- y que es extremadamente abrasiva y pegajosa para las botas, guantes, vehículos y equipos que los astronautas o las agencias espaciales envían a la superficie lunar.
El encargado de esta misión científica lo hará a través de un instrumento llamado Caracterización de Adherencia a la Regolita -con las siglas RAC-1 por la escritura en inglés Regolith Adherence Characterization- y que está desarrollado por Aegis Aerospace de Webster (Texas). RAC-1 llegará a la Luna después de la próxima entrega de CLPS (Servicios de Carga Lunar Comercial) de la NASA y que estará transportada por el módulo de aterrizaje lunar Blue Ghost 1, desarrollado por la empresa estadounidense Firefly Aerospace.
¿Cómo funciona Caracterización de Adherencia a la Regolita?
En un comunicado de la NASA explican que el RAC expondrá hasta 15 materiales de muestra entre los cuales podemos encontrar telas, recubrimientos de pintura, sistemas ópticos, sensores o células solares entre otros para comprobar con qué tenacidad se adhieren a la regolita lunar cada uno de ellos. Para hacerlo, el RAC medirá las tasas de acumulación durante el aterrizaje y las operaciones rutinarias posteriores del módulo de aterrizaje; un hecho que permitirá que los investigadores de la Agencia Espacial Norteamericana puedan identificar cuál de todos los materiales repele de forma más eficaz la regolita y cuál lo hace peor.

Dennis Harris, quien es el encargado de administrar la carga útil RAC para la iniciativa CLPS de la NASA en el Centro Marshall para Vuelos Espaciales de la agencia en Huntsville (Alabama) señala que «la regolita lunar es un desafío pegajoso para las expediciones de larga duración en la superficie». Con los datos que recoja esta misión lunar, la NASA podrá probar nuevos materiales para los astronautas, los equipamientos y las naves y poder hacer que estén protegidas las futuras misiones lunares de una forma más eficaz. Harris, además, explica los problemas que comporta la regolita y cómo esta misión servirá para evolucionar las misiones lunares. «El polvo se mete en los engranajes, se adhiere a los trajes espaciales y puede bloquear las propiedades ópticas. RAC ayudará a determinar los mejores materiales y telas con los que construir, brindando hardware, productos y equipos más robustos y duraderos», ha señalado.