El Telescopio Espacial James Webb ha prestado atención al centro de la Vía Láctea, ofreciéndonos una imagen increíble de que hay en su coro y permitiendo que los astrónomos vieran características que desconocían hasta ahora. Tal como ha explicado la NASA en un comunicado, estas imágenes pueden ayudar los investigadores a ampliar el conocimiento sobre los inicios del universo a través de la observación de la región más caótica de nuestra galaxia.
Una cámara que nos lleva detalles nunca vistos
Uno de los rasgos distintivos de James Webb es la NIRCam, la cámara infrarroja que lleva a bordo y que le permite observar detalles que no se habían visto hasta ahora y que, en muchos casos, suponen una manera de ‘mirar al pasado’. En este caso, el observatorio se fijó en Sagitario C, una región activa de formación de estrellas que está solo a 300 años-luz de Sagitario A*, el agujero negro supermasivo del centro de la Vía Láctea.

Fábricas de elementos pesados
La imagen que ha obtenido no es solo de una gran belleza sino que también contiene muchísima información para los científicos. Al fin y al cabo, las estrellas gigantes como las que se están formando en Sagitario C son grandes ‘fábricas’ de elementos pesados, de forma que entenderlas es entender como se formaron los materiales que forman el universo y que han permitido, entre otros cosas, que apareciera la vida.
En este caso, la observación del centro de la Vía Láctea con James Webb puede ayudar a ver cuántas estrellas están naciendo y si las estrellas masivas son más habituales en el corazón de la galaxia que no en sus brazos. Y gracias a la resolución y la sensibilidad del observatorio, se están viendo muchos detalles por primera vez, permitiendo estudiar este campo como nunca antes.

Medio millón de estrellas
A la fotografía, de hecho, aparecen aproximadamente medio millón de estrellas de medidas y edades diferentes, entre los cuales hay un clúster de protoestrellas –una masa de gas y polvo donde se están formando astros–, entre las cuales una, en su centro, que tiene una demasiada unas 30 veces superior a la del Sol. Así pues, observarlas puede permitir poner a prueba las teorías actuales sobre la formación de las estrellas.
Unas emisiones de hidrógeno que son todo un misterio
Además, pero, James Webb también ha observado emisiones de hidrógeno ionizado al límite inferior de la región, que se corresponde a la ‘nube’ de color azul que aparece a la imagen. Los investigadores todavía no saben qué puede haber creado esta cantidad enorme de gas energizado, muy superior a la que tendrían que liberar las estrellas jóvenes. La manera como está distribuido, además, también los intriga.
En cualquier caso, los astrónomos ahora disponen de una imagen en altísima resolución de que está pasando en el centro de la galaxia, una región densa y caótica, y podrán mirar de sacar el intríngulis de que causa sus vientos, rayos, radiación, emisiones de material y como nacen las estrellas. Un campo en que todavía queda moltísim para aprender.