Este fin de semana, Europa lanzó el telescopio espacial Euclides, su observatorio de materia y energía oscuras. Una plataforma de observación desde la cual la Agencia Espacial Europea, en colaboración con la NASA, quiere responder una de las preguntas más grandes de la ciencia actual: de que está hecho el universo? Para encontrar la respuesta, Euclides hará un mapa enorme en tres dimensiones del cosmos y mirará de establecer cuáles son las propiedades tanto de la materia oscura como de la energía oscura, dos fenómenos que parecen controlar la forma y la expansión del cosmos.
Dos grandes incógnitas
Todo y su importancia, no sabemos prácticamente nada de ninguno de las dos. De hecho, ni siquiera las hemos podido detectar nunca directamente, dejando un agujero gigantesco a nuestro conocimiento que dificulta explicar los orígenes de todo. Gracias a Euclides, pero, durante los próximos años podríamos empezar a hacer descubrimientos importantes, haciendo un gran mapa del universo para ver mejor donde somos y como hemos llegado hasta aquí, el camino del Big bang al que vemos actualmente, de las galaxias lejanas en la vida en nuestro planeta.

Un observatorio de aquello que no podemos ver
Con un coste de unos 1.400 millones de euros, Euclides fue lanzado de Cabo Cañaveral (Florida) a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX y viajará hasta un millón y medio de kilómetros de la Tierra, por el lado opuesto al Sol, para tener las mejores condiciones para las observaciones que tiene que hacer durante los seis años que, en principio, durará su misión. Y no son pocas porque, en teoría, son la inmensa mayoría del universo. Según algunas teorías, todo lo se puede observar con luz visible forma solo el 5% de la energía del cosmos, mientras que la materia oscura es un 25% y el resto, un 70%, es energía oscura.
Por un lado, Euclides hará un mapa de la distribución de la materia oscura de aproximadamente un tercio del espacio. A pesar de que no la podemos ver, sus efectos gravitacionales en aquello que sí que podemos observar nos marcan tanto su existencia como su posición, y el observatorio mirará de obtener el máximo de información posible.

Además, pero, también hay la energía oscura, una fuerza que parece que acelera la expansión del universo pero que tampoco podemos observar sino solo detectar indirectamente. Así pues, Euclides hará un mapa en tres dimensiones de la distribución de las galaxias del cosmos buscando patrones en los grandes espacios vacíos entre ellas, que permiten calcular la expansión a lo largo del tiempo. Gracias a esto, se espera poder resolver preguntas como por ejemplo si la aceleración es la misma a todos los lugares del universo o si, al contrario, cambia.
Euclides podría llevar a grandes adelantos
Si bien los investigadores ya saben que Euclides no los dará todas las respuestas que querrían, el que sí que podrá será ayudar a comprobar la validez de los modelos actuales y si las teorías que se han hecho los últimos años pueden explicar las observaciones que haga. De hecho, incluso podría ser que permitiera desarrollar maneras de detectar las partículas de la materia oscura, cosa que, hasta ahora, ha estado imposible. En cuanto a la energía oscura, quien sabe si también permitirá desarrollar una nueva teoría de la gravedad, una que consiga explicar todo aquello que, hasta ahora, no se ha podido conocer con certeza.