Wolf 1130C, una enana marrón escondida en un rincón oscuro de la constelación del Cisne, a unos 54 años luz de la Tierra, puede haberse convertido en una pieza indispensable en el conocimiento del espacio. Un estudio publicado en el portal científico Science señala que el telescopio espacial James Webb (JWST) ha detectado, por primera vez de manera inequívoca, la presencia de fosfina (PH₃) en la atmósfera de esta enana marrón, un hallazgo de gran valor. Un equipo internacional liderado por Adam Burgasser, profesor de Astronomía y Astrofísica en la Universidad de California en San Diego, ha encontrado su presencia gracias al proyecto denominado Arcana of the Ancients -un proyecto dedicado a observar enanas marrones antiguas y pobres en metales-.
La detección de la PH3 es un hito histórico, ya que hasta ahora la presencia de este gas se asumía como probable, pero en ningún caso se había podido confirmar… hasta ahora. La sensibilidad del infrarrojo del JWST pudo identificar la huella espectral de la fosfina y gracias a técnicas avanzadas de modelado atmosférico han podido calcular con detalle la concentración de la molécula en la atmósfera de la enana marrón.
La fosfina (PH₃)
La fosfina (PH₃) es una molécula que en la Tierra solo aparece en ambientes sin oxígeno y que, además, aparece como subproducto de la vida, un hecho extremadamente relevante, ya que aparece después de los procesos anaeróbicos en pantanos y materia orgánica en descomposición. Se trata de un gas explosivo, tóxico y volátil, y que, en otros planetas como Júpiter y Saturno se forma de manera natural por las condiciones ricas en hidrógeno que tienen estos planetas.
«Comprender la composición química de la fosfina en las atmósferas de las enanas marrones, donde no esperamos vida, es crucial si esperamos utilizar esta molécula en la búsqueda de vida en mundos terrestres más allá de nuestro sistema solar», señala Burgasser.

El misterio de Wolf 1130C
El hallazgo de la fosfina en Wolf 1130C desconcierta a los astrónomos, ya que aún no está claro cuáles son los motivos por los que se ha podido detectar este gas. Los investigadores destacan que Wolf 1130C pertenece a un sistema triple (Wolf 1130ABC) donde orbita a gran distancia de una binaria compuesta por una estrella roja y una enana blanca. Los investigadores enfatizan que la atmósfera de Wolf 1130C tiene una cantidad inusualmente baja de metales, un hecho que puede acabar causando un desequilibrio químico y provocar que el fósforo termine formando la fosfina y no otras moléculas como el trióxido de fósforo y señalan que los hallazgos hechos en Wolf 1130C ofrecen una ventana única al pasado químico de la Vía Láctea y pueden permitir que la comunidad científica comprenda mejor cómo se generaron elementos básicos para la vida humana en zonas tan alejadas del universo.