Un equipo de investigadores ha anunciado la detección, por primera vez, de terremotos atravesando el centro de Marte. Tal como han explicado en un artículo publicado a ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, esto ha permitido determinar cuál es la composición del núcleo del planeta, todo ello gracias a los datos recogidos por el vehículo InSight de la NASA.
El mismo método empleado para conocer el núcleo de la Tierra
Durante los terremotos y los impactos de meteoritos que han tenido lugar los últimos cuatro años, la NASA ha registrado las ondas de sonido y, por primera vez, como han pasado por el coro de Marte. Gracias a esto se ha podido deducir que el núcleo del planeta es líquido, formado de un aleación de hierro que también contiene otros elementos menos pesados como por ejemplo azufre, oxígeno y también cantidades pequeñas de hidrógeno y de carbono.

El conocimiento de cómo es Marte por dentro puede ayudar a aprender más cosas sobre la formación de planetas rocosos, como la Tierra misma, y también cuáles son los factores que ayudan a hacerlos habitables. De hecho, en nuestro planeta, el 1906 también se descubrió como era el núcleo a través de la observación de cómo cambiaban las ondas sísmicas de los terremotos, y ahora este mismo sistema ha sido aplicado en el planeta rojo, tan parecido y a la vez tan diferente.
Un núcleo totalmente líquido y que no genera campo magnético
Los investigadores analizaron cuánto tardan las ondas sísmicas de un ‘martemoto’ y del impacto de un meteorito a viajar a través del planeta, y esto los ha permitido calcular quian es la densidad del núcleo y su composición química. A diferencia de la Tierra, que tiene un núcleo externo líquido y un núcleo interno sólido, el de Marte parece que es totalmente líquido y también más denso y pequeño del que se esperaban los científicos, con un radio aproximado de 1.800 kilómetros.
Todo ello ayuda a saber cómo se formó y como ha evolucionado con el tiempo, gracias a la observación de los resultados, que pueden ser tanto la aparición de condiciones aptas para la vida como que no la hagan posible. En el caso de la Tierra, por ejemplo, el núcleo genera un campo magnético que nos protege del viento solar y permitiendo que haya agua líquida, cosa que en Marte no pasa. Sin embargo, algunos indicios apuntan a que el planeta había tenido y que, por lo tanto, en algún momento habría sido potencialmente habitable.