Un equipo de investigadores ha descubierto cuál es el secreto que esconde el exoplaneta más brillante que se ha encontrado nunca. En un artículo publicado en ‘Astronomy & Astrophysics’, explican que, si refleja tanto la luz de su estrella, es porque tiene nubes hechas de metal que lo convierten en el «espejo’ más grande que se ha visto nunca al universo.
El planeta, denominado LTT9779b, es un mundo extraordinariamente cálido que hace una vuelta a su astro cada 19 horas y que se encuentra en 262 años-luz de la Tierra. Observado por primera vez el 2020 por la misión TESS de la NASA y el Observatorio Austral Europeo, fue uno de los planetas seleccionados porque la misión Cheops de la Agencia Espacial Europea.
Más brillante que Venus
Fue justamente este último observatorio espacial el que permitió descubrir que LTT9779b refleja el 80% de la luz que le llega de su sol, superando incluso la brillantez de Venus a nuestro Sistema Solar. De hecho, si bien este planeta vecino es el objeto más brillante del cielo de la Tierra después de la Luna, refleja un 75% de la luz del Sol, una cantidad elevada comparada con el 30% que refleja nuestro planeta pero todavía algo menos que LTT9779b.

La cantidad de luz que reflejan los objetos se conoce como albedo y la mayoría de planetas, por sus superficies oscuras o porque tienen atmósferas que absorben la luz, tienen un albedo bajo. Al Sistema Solar las excepciones más conocidas son las lunas heladas como Encèlad y Europa o, como decíamos, Venus, que tiene unos nubes altamente reflectius. Cabe de ellos, pero, llega al nivel de LTT9779b.
Las nubes podrían haberlo salvado de desaparecer
La razón de esto es, parece, es que tiene nubes metálicas hechas de silicatos y metales como por ejemplo el titanio. Un mundo infernal, con temperaturas altísimas. De hecho, el lado del planeta más próximo a la estrella llega a temperaturas de 2.000 °C, tan altas que no se tendrían que poder formar ni siquiera nubes de metal ni de vidrio. Su formación, pero, se explica del mismo modo que la niebla del lavabo después de una ducha caliente: el aire se satura tanto de vapor que no puede contener más.
Las nubes, de hecho, podrían ser el que permite que el planeta exista. Teniendo en cuenta que es de una medida parecida a la de Neptuno y que tiene unas temperaturas altísimas, la atmósfera tendría que haber desaparecido hace tiempo y ser solo un núcleo sólido. Como que las nubes reflejan tantísima luz, pero, impiden que las temperaturas suban bastante como para evaporarlo.