Un equipo de astrofísicos ha conseguido, finalmente, descubrir el origen de unas luces muy brillantes provenientes de los inicios del cosmos, al poco del Big Bang. En un artículo publicado en ‘Astrophysical Journal Letters’, explican cómo han averiguado cómo es posible que algunas de las primeras galaxias que existieron fueran tan brillantes, cosa que durante los últimos años los investigadores no habían sido capaces de explicar.
Las sorpresas del amanecer cósmico
El llamado ‘amanecer cósmico’ es el periodo de entre los primeros 100 millones y 1.000 millones de años después del Big bang, en que se formaron las primeras estrellas y galaxias. Hasta hace bien poco no sabíamos casi nada y, cuando lo Telescopio Espacial James Webb va hacernos llegar imágenes de las galaxias más antiguas del universo, la comunidad científica se sorprendió de como unas galaxias tan jóvenes podían parecer tan brillantes, tan masivas y tan maduras, porque literalmente no había habido tiempos porque se desarrollaran tanto. Los datos obtenidos, de hecho, llegaron a hacer que algunos físicos se plantearan si el modelo estándar de la cosmología era correcto.

Estallidos irregulares de nacimiento de estrellas
Usando simulaciones, los autores de este último trabajo han concluido que de hecho estas galaxias no eran tan masivas como parecían. A pesar de que a menudo la brillantez de una galaxia viene determinada por la masa, los científicos explican que algunas galaxias más pequeñas podrían brillar con la misma fuerza gracias a estallidos irregulares de formación de estrellas. Esto no solo explicaría la brillantez de aquellas galaxias antiguas sino que, además, encaja perfectamente con el modelo estándar de la cosmología.
Las simulaciones concuerdan
Las simulaciones que han permitido llegar a estos modelos de formación de galaxias después del Big Bang combinan teorías astrofísicas y algoritmos avanzados. Parte del proyecto FERIO, donde colaboran la Universidad Northwestern, Caltech, Princeton y la Universidad de California – San Diego, aqustes simulaciones permiten a los investigadores ver como se forman, crecen y cambian de forma las galaxias a la vez que se conoce la energía, la masa y los elementos químicos que las componen.

Al ponerlas en funcionamiento, los investigadores vieron como las estrellas se formaban en ‘estallidos’. Si bien a las galaxias más masivas la formación de estrellas es gradual y aumenta continuamente, en galaxias de masa baja es especialmente habitual que el patrón sea alterno, con un montón de estrellas apareciendo a la vez, después millones de años con pocos nacimientos y después otra vez una pila de estrellas. Las simulaciones, además, producían una abundancia de galaxias brillantes pareciendo a la observada por James Webb, cosa que apunta que son correctas y que, por lo tanto, es muy posible que las conclusiones de los astrofísicos también lo sean.