Los volcanes son uno de los grandes atractivos (y factores destructivos) del planeta Tierra. Ahora una investigación de la Universidad Nacional de Australia (ANU) señala que hay un tipo de magma volcánico rico en hierro que es una fuente abundante de tierras raras -un conjunto de diecisiete elementos químicos, metales, con propiedades parecidas que incluye el escandio y el itrio y que es imprescindible en la economía mundial-. Este magma, pero, no lo podemos encontrar en todos los volcanes, puesto que el estudio señala que es solo en el magma de los volcanes antiguos donde hay las tierras raras.
Michael Anenburg, investigador del ANU y autor del estudio, explica que el magma de los volcanes extinguidos puede llegar a tener 100 veces más de este material que no los volcanes activos. Además, señala que actualmente no hay ningún volcán que genere este tipo de magma, por eso tuvo que reproducir las condiciones volcánicas en un laboratorio -introduciendo piedras similares a las de los volcanes extinguidos y calentándolas a temperaturas extremadamente altas-. Las conclusiones a las cuales llegó el estudio es que este magma rico en hierro es hasta 200 veces más eficiente (para encontrar este material) que el magma de los volcanes regulares.
Las tierras raras, ¿que son y porque son tan importantes?
Las tierras raras están formadas por hasta 17 elementos químicos como pueden ser lo lantà, el neodimio o el terbio, unos elementos que son claves en la economía mundial y en la construcción y desarrollo de nuevas tecnologías que permitan en el planeta reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Todos estos elementos los podemos encontrar en la elaboración, construcción y producción de teléfonos móviles, pantallas, láseres, imanes, trenes, vehículos eléctricos o aerogeneradores, entre otros productos.
Actualmente, el productor más grande y suministrador de estas materias es China, que cuenta con el 40% de las reservas mundiales y produce el 70%. Además, el país asiático tiene controlada el 90% de la industria de procesamiento, de la cual dependen la mayoría de países e industrias del mundo.
