Estados Unidos está enfrentando una ola de incendios forestales brutales que están completamente descontrolados. Este desastre natural sin precedentes ha obligado al aún presidente de Estados Unidos a declarar el desastre mayor en el estado de California. Estos incendios llegan después de que Estados Unidos sufriera una temporada de huracanes y ciclones muy crítica a finales de 2024 que causó grandes destrozos y pérdidas materiales y humanas. El balance, por el momento, de estos incendios es de más de 2.000 viviendas, negocios y otros edificios dañados o destruidos y diez muertos.
El cambio climático, gasolina para los incendios
La gravedad de estos incendios se explica a través de un verdadero cóctel mortal de condiciones climáticas. Las autoridades de California detectaron vientos con una fuerza similar a la de un huracán, un factor que sumado a la sequía de esta zona de Estados Unidos ha creado una combinación perfecta para desencadenar una tormenta de fuego como nunca se había visto en el sur de California. A este cóctel se le debe sumar la estacionalidad, ya que los incendios llegan en una época del año en la que los estadounidenses no están acostumbrados a que este tipo de desastres naturales ocurran. Según los datos del Centro Nacional Interinstitucional de Incendios de Estados Unidos, la mayoría de los incendios forestales en Estados Unidos se producen entre junio y agosto; es decir, este desastre en California está sucediendo fuera de la época de máxima intensidad de los incendios.

Cinco incendios forestales activos y unos recursos de emergencia desbordados
En el condado de Los Ángeles hay cinco incendios forestales activos -Palisades, Eaton, Woodley, Hurst y Lidia- y los de Palisades y Eaton son los más perjudiciales, ya que han quemado más de 6.400 hectáreas y 4.300 hectáreas; y las autoridades estadounidenses admiten que desconocen cuál ha sido el origen de las llamas, motivo por el cual ya se ha abierto una investigación. Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha ordenado la ayuda federal a las zonas afectadas ante los problemas a los que se enfrentan los servicios de emergencia estadounidenses.
Tira y afloja político
Donald Trump ha aprovechado los incendios en la región para atacar al gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, a quien ha acusado de ser el culpable por sus políticas sobre el agua. «Se negó a firmar la declaración de restauración del agua que se le presentó y que habría permitido que millones de galones de agua, provenientes del exceso de lluvia y nieve derretida del Norte, fluyeran diariamente a muchas partes de California, incluidas las áreas que actualmente están ardiendo de una manera prácticamente apocalíptica», ha asegurado el presidente electo de Estados Unidos a través de su plataforma Truth Social.
Desde la oficina de prensa del gobernador de California han desmentido a Trump asegurando que «no existe ningún documento llamado declaración de restauración del agua». «El gobernador se centra en proteger a las personas, no en jugar a la política, y en asegurarse de que los Bomberos tengan todos los recursos que necesitan», han añadido. Una batalla política que también ha avivado el gobernador a través de su Twitter.
People are literally fleeing. Kids have lost their schools. Communities have lost their churches. Families have lost their homes. Some have even lost their lives.
— Gavin Newsom (@GavinNewsom) January 9, 2025
And the President-Elect’s response is to politicize it.
We’ll continue to focus on what matters: saving lives and… pic.twitter.com/DPJLsKxHDW