El Parque Nacional de Yellowstone es uno de los grandes parques de los Estados Unidos, en el ámbito ambiental, en cuanto a los ecosistemas y también por la adaptación del nombre que recibía el parque en la serie animada de el Oso Yogi. Bajo este preciado paraje natural, sin embargo, hay un peligro oculto que se ha mantenido latente y que ahora está dando indicios de que podría despertar. Bajo la caldera del Parque Nacional de Yellowstone en los Estados Unidos hay un supervolcán, aunque hace decenas de miles de años que no ha habido ninguna erupción, los científicos están preocupados porque los depósitos de magma que alimentan las erupciones del supervolcán parecen estar desplazándose hacia el noreste de la Caldera de Yellowstone.
En el estudio publicado en el portal científico Science alerta de este hecho y la sismóloga Ninfa Bennington del Servicio Geológico de los EE.UU. señala que esta región podría convertirse en el nuevo epicentro de la posible actividad volcánica. «La parte occidental de la caldera de Yellowstone está decayendo», añade Bennington. Aunque los investigadores no pueden determinar cuándo volverá a erupcionar Yellowstone sí que piden impulsar estudios que puedan determinar con precisión cuándo ocurrirán estos fenómenos y también piden incrementar y mejorar el monitoreo de la actividad volcánica.
El supervolcán de Yellowstone
En los últimos dos millones de años Yellowstone solo ha experimentado tres erupciones, la última hace 640.000 años, y las estimaciones del Servicio Geológico de los Estados Unidos es que las erupciones se produzcan cada 600.000 a 800.000 años. A pesar de estos indicadores, sin embargo, los científicos descartan, por ahora, una nueva erupción, ya que todavía no hay suficiente magma en la corteza para provocar una erupción.

Durante su investigación los investigadores han descubierto que la erupción más reciente lanzó suficiente lava para formar varias montañas Rainier (un volcán activo de casi 4.400 metros de altitud en el estado de Washington) y que estas erupciones provienen de depósitos de material fundido riolíticos -una roca ígnea o volcánica de color grisáceo-rosado que tiene un alto porcentaje de sílice. Además, los investigadores han podido comprobar cómo hay una gran cantidad de magma bajo el suelo de Yellowstone, entre 4 y 47 kilómetros de profundidad y que podrían almacenar hasta 500 kilómetros cúbicos de magma.
Esta supererupción no supondría ninguna extinción de los humanos, pero sí causaría miles de muertes en Canadá y los Estados Unidos, ya que como resultado de esta supererupción se lanzaría una gran cantidad de lava, rocas piroclásticas y gases calientes y tóxicos.

