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Crece un 1,1% el consumo de biomasa para usos térmicos en Cataluña

La lucha contra el cambio climático, la descarbonización de la actividad humana y el abandono de los combustibles fósiles son retos a los que se enfrenta el ser humano. En estos aspectos, las energías renovables juegan un papel fundamental, y una de estas energías es el consumo de biomasa. En Cataluña, durante el año 2023, el consumo de biomasa para usos térmicos -suministran calor a procesos industriales tanto de baja como de media y alta temperatura; la cogeneración con recursos renovables y la climatización de naves- aumentó hasta un 1,1%, tal como señalan los datos del balance anual de la Estrategia para promover el aprovechamiento energético de la biomasa forestal y agrícola.

Los datos muestran que en Cataluña se consumieron un total de 552.000 toneladas anuales, y la superficie forestal gestionada aumentó un 1% hasta las 23.001 hectáreas. Además, las acciones impulsadas por la Estrategia han supuesto una multiplicación de 2,5 del consumo y del número de hectáreas gestionadas durante los primeros 10 años de vida de este plan gubernamental. De hecho, cabe destacar que en estos 10 años desde que entró en vigor la Estrategia, la producción de biomasa en Cataluña se ha profesionalizado y el consumo de esta energía generada se ha ido diversificando hacia diversas instalaciones (que a medida que se profesionalizaba la producción se derivaba a instalaciones más grandes y desvinculadas de la climatología). El consumo de biomasa ha logrado reducir 218.057 toneladas anuales de emisiones de efecto invernadero.

Biomassa forestal per a la producció d'energia tèrmica a Barcelona | Diputació de Barcelona
Biomasa forestal para la producción de energía térmica en Barcelona | Diputación de Barcelona

Un objetivo a alcanzar

Aunque los datos señalan un crecimiento en el consumo de biomasa aún falta para llegar al objetivo de consumo de 730.000 toneladas de biomasa para usos térmicos y las 30.400 hectáreas gestionadas en el año 2027. Donde más destaca el consumo de biomasa es en el consumo de astilla, que se ha multiplicado por 15, mientras que el de pellets ha aumentado más del doble. Cabe destacar que estos dos productos necesitan procesos de elaboración y se utilizan para abastecer tecnologías de consumo más grandes y eficientes. A estos dos elementos se suma el consumo de leña, que está asociado a un consumo en el ámbito doméstico y ha aumentado cerca de un 25%

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