La población de tortugas mediterráneas de l’Albera en Cataluña se está recuperando, tal como aseguran los últimos estudios de la Sociedad Catalana de Herpetología y el Centro de Reproducción de Tortugas de l’Albera (CRT). En declaraciones recogidas por la ACN, el director del Centro de Reproducción de Tortugas de l’Albera (CRT), Joan Budó, se muestra satisfecho por la recuperación de la especie, pero advierte que se trata de un proceso «muy lento». «Los datos muestran que la población de tortugas se está recuperando y que podemos ser optimistas», destaca el director del centro.
El técnico de la Sociedad Catalana de Herpetología, Nil Torres, señala que «para determinar si esa población está bien o no, los herpetólogos nos basamos en el número de tortugas por hectárea. Y estamos encontrando parcelas con cinco, siete, ocho o, incluso, diez tortugas por hectárea, lo cual está muy bien; y más si lo comparamos con los estudios anteriores a 2019 que apuntaban que había menos de una tortuga por hectárea en el conjunto de l’Albera». «Es un proceso muy y muy lento, porque comienzan a reproducirse a los 14 años. Pero la tendencia de los últimos años nos hace ser optimistas», añade Budó.
Nil Torres, además, destaca que la población de tortugas mediterráneas está concentrada en «núcleos principales, pero también encontramos muchas tortugas en zonas periféricas, lo que nos está indicando que se encuentra en expansión, ya que vemos ejemplares en lugares donde hace pocos años no había o era muy esporádico encontrarlas». Cabe añadir que la importancia de l’Albera es mayúscula, ya que es la única población natural de tortugas mediterráneas que queda en la península ibérica y casi es una de las últimas poblaciones naturales de esta especie que quedan en toda Europa.

La tortuga mediterránea en Cataluña
Esta especie es una tortuga herbívora, diurna y que tiene un caparazón fácilmente identificable por los colores negros y amarillos. La tortuga mediterránea (Testudo hermanni) hiberna durante los meses de frío y es más activa en primavera y en otoño. Además, puede llegar a vivir hasta 70 u 80 años. Una de las características de esta tortuga es que empieza a reproducirse a los 14 años y que «años atrás era un animal que se comercializaba e, incluso, la gente iba a buscarlas para tenerlas en cautividad; pero hace años que está absolutamente prohibido. Además, también han influido las buenas prácticas de los habitantes de l’Albera, que son conscientes de que hay una especie amenazada», destacan los miembros del CRT.
En Cataluña esta tortuga estaba repartida por todo el país, sobre todo en el prelitoral, pero la destrucción de sus hábitats y la captura indiscriminada de los ejemplares para su venta como animales de compañía, un hecho que ha causado que el número de ejemplares se desplomara, se prohibiera su comercialización y acabara causando que en 1984 se abriera el Centro de Reproducción de Tortugas de l’Albera para estudiar, conservar y criar en cautividad este tipo de reptil en el Santuario del Camp, en Garriguella (Alt Empordà).
