La llegada de la mujer al mundo deportivo ha hecho que la medicina y la fisioterapia deportiva tengan que adaptarse en sus tratamientos. Un nuevo estudio en colaboración entre expertos de España y el Reino Unido y publicado en el portal científico Frontiers in Sports and Active Living muestra que la menstruación -también llamada comúnmente regla- no tiene un impacto directo en las posibilidades de lesión, ya que no hace que las deportistas sean más propensas a sufrir una lesión, sino que su efecto implica que las lesiones que sufren las deportistas sean más graves y más duraderas.
El equipo de investigadores analizó a 33 futbolistas de élite de la Liga F (la primera división del fútbol femenino en España entre las temporadas 19/20 y 22/23 y los datos de su ciclo menstrual -las jugadoras anotaron los días con sangrado y sin él- y los autores del estudio llegaron a contabilizar 852 ciclos y 80 lesiones en las extremidades inferiores, 11 de ellas ocurridas durante las fases de sangrado.
Lesiones más graves y más duraderas
Los autores del estudio señalan que las únicas fases del ciclo menstrual que se pueden identificar sin tener que utilizar análisis hormonales de sangre son los días con sangrado y los días sin ellos. En este aspecto los investigadores destacan que durante las fases de sangrado la carga de lesiones se elevó, un hecho que supone que el impacto de las lesiones que se producen durante la menstruación también era mayor, provocando lesiones más graves y que tardaban mucho más en curarse.
Según los investigadores, durante los días de sangrado la carga de lesiones en los tejidos blandos como los ligamentos, tendones y músculos se multiplicó hasta tres veces durante los días de sangrado. Los investigadores destacan que «se analizaron un total de 852 ciclos menstruales, durante los cuales se registraron 80 lesiones. De estas, 18 (22,5%) ocurrieron durante los partidos y 62 (77,5%) durante los entrenamientos. Los tipos de lesión más comunes fueron lesiones musculares (57,5%), lesiones de ligamentos (30%) y lesiones de tendones (12,5%)». «Aunque la incidencia de lesiones no fue significativamente diferente entre las fases, la carga de lesiones fue sustancialmente mayor durante el sangrado (684 frente a 206 días perdidos por cada 1.000 h; p = 0,0027), lo que indica que las lesiones sufridas durante la menstruación tuvieron consecuencias más graves», concluyen los investigadores.

Aunque los resultados de la investigación aportan una cantidad de información extremadamente valiosa, los investigadores destacan que «estos hallazgos resaltan la importancia del seguimiento menstrual individualizado para la prevención de lesiones y el manejo de la salud de las atletas», ya que un correcto seguimiento menstrual podría ayudar a los ‘staff técnicos’ a adaptar sus entrenamientos, las cargas sobre las jugadoras y qué apartados físicos trabajar. «Se necesitan más investigaciones con un monitoreo hormonal preciso para confirmar estas observaciones e informar sobre las estrategias de entrenamiento, recuperación y salud en las atletas», añaden los autores de la investigación.
