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La actividad humana prolonga cada vez más la temporada de incendios

Un nuevo estudio elaborado por la Universidad de Tasmania señala que la temporada de incendios se ha prolongado y cada vez va a más. Los investigadores señalan que más de la mitad de la superficie quemada se produce fuera de la temporada natural de incendios y alertan que la actividad humana ha alargado la temporada de incendios unos 40 días de media.

Los investigadores analizaron los datos sobre la humedad del combustible y los rayos en más de 700 regiones ecológicas de todo el mundo y han podido constatar que el impacto de la actividad humana ha hecho que la cronología de los incendios forestales se haya alterado en casi todo el mundo, afectando a los paisajes más áridos o los mediterráneos.

«Nuestro estudio separa las estaciones de fuego natural de las impulsadas por las personas, mostrando la cantidad de influencia humana ha cambiado de forma cuando se producen incendios forestales en todo el mundo», señala el doctor Todd Ellis, autor principal e investigador asociado en Pirogeografía Física de la Universidad de Tasmania. «Antes de que los humanos comenzaran a influir en los incendios, estos se producían principalmente cuando los rayos caían durante condiciones secas», destaca Ellis.

Dónde han afectado más los cambios

Este cambio en las temporadas de incendios se ha extendido a escala global, aunque los investigadores señalan que estos cambios no han afectado a todo el mundo, ya que donde más se ha notado su impacto ha sido en las praderas tropicales; donde la actividad humana ha hecho que la temporada de incendios forestales se haya extendido más de 3 meses y la mayoría de estos incendios se están produciendo en este espacio temporal. Además, los investigadores alertan que incluso los bosques boreales aislados o espacios como la tundra están cada vez más expuestos a sufrir un aumento de los días de la temporada de incendios.

Los investigadores alertan que este cambio global hace que haya riesgos ecológicos para las poblaciones donde se pueden ver afectadas por estos incendios, ya que ni los ecosistemas ni las poblaciones están preparadas para sufrir estos fenómenos fuera de las estaciones habituales y acaba causando un estrés sin precedentes. «Este desajuste temporal puede obstaculizar la recuperación de las especies y alterar los procesos reproductivos, que a menudo están estrechamente vinculados a estaciones específicas, amenazando así la biodiversidad de maneras que apenas estamos comenzando a comprender», señala el coautor del estudio el doctor Grant Williamson.

Un bombero lucha contra las llamas en el incendio de Palisades, en Los Ángeles. | Jonathan Alcorn/ Europa Press

El cambio climático, combustible para estos cambios

La investigación realizada por los investigadores no solo señala la actividad humana directa -quema agrícola o igniciones accidentales- como impulsores de estos cambios sino que también destacan que el cambio climático agrava el problema y actúa como combustible de estos cambios. El aumento de las temperaturas y las condiciones más secas hacen que la temporada de incendios aumente y podría desencadenar que las temporadas acaben extendiéndose durante todo el año.

«No solo estamos viendo más incendios forestales y de mayor intensidad, sino que los estamos viendo en épocas del año en las cuales los ecosistemas no han evolucionado para afrontarlos», explica Williamson. «Este trabajo subraya que los humanos tienen una gran responsabilidad en la gestión sostenible del fuego, y podemos aprender mucho de los practicantes indígenas del fuego», añade.

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